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León

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Injusticia con los niños de Astorga por la nieve

En diciembre del año pasado concedieron a los niños de 5.º y 6.º de un colegio de Astorga la oportunidad de participar en una semana de nieve en San Isidro que se llevaría a cabo este mes de marzo.

Tenían todo preparado, infinidad de ropa nueva colocada en sus maletas, los nervios a flor de piel, la ilusión de la novedad, la camaradería, el reto de sentirse grandes.... todo se rompió cuando llegó al colegio un fax de la Diputación, Servicio de Deportes, diciendo que se supendía por «circunstancias climáticas» y al final del mismo párrafo por «no disponer de fechas para su realización».

Me parece triste, estoy como madre perpleja e indignada y veo cómo los pobres chicos no pueden hacer otra cosa que contemplar la maleta cerrada al lado de la cama y suspirar.

María del Carmen Alonso. ASTORGA

Zapatero no bebía...

¿Y es por «ese mérito» que algunos de sus deudos políticos proponen ahora dedicarle una calle en la ciudad de León? Cuando podemos comprobar cómo la balanza que mediría sus aciertos y fracasos se inclina estrepitosamente del lado de estos últimos. ¿Por qué una calle? El Gobierno que él presidía intentó convencernos de que nuestra desesperada situación era fruto de una tormenta financiera internacional que irremediablemente nos arrastra al precipicio. Sin negar su existencia, admitamos en ella parte de culpa, pero... ¿toda la culpa?

Imaginemos una terrible tormenta, por ejemplo, en nuestro mar Mediterráneo. Afectaría por igual a cuantos barcos estuvieran en él, ¿o no? Si algunos de esos barcos consiguen sortearla y llegar a buen puerto, aún sufriendo pérdidas en el camino que les dejaran maltrechos, cabría alabar la pericia de la tripulación y el capitán. Al fin y al cabo salvaron la nave.

Quiénes naufragaron o yacen semidestruidos contra las rocas quizá no fueron guiados por manos expertas a las que cabría achacar gran parte de culpa en el desastre final. A la vista de los resultados, tal sería el caso de «la nave llamada España».

¿A alguien le extrañaría si de su capitán dijéramos por ejemplo: «O es un inepto, o un irresponsable, o estaría borracho»? Por eso encabecé este escrito advirtiendo que, al menos en su época de gobernante, y hasta donde yo conozco: Zapatero no bebía.

Delfín Viñuela. LEÓN

Contra los abusos de los bancos

Me he visto obligada a tomar la decisión de contar mi caso aunque no sea yo la persona implicada, me pilla muy cerca. Deseo poner en conocimiento de nuestros políticos que intentan ayudar al más débil, al pueblo, inyectando liquidez a los bancos para que opten por dar créditos en lugar de dedicarse a embargar a quien tiene dificultades. Tengo un familiar funcionario fijo con hipoteca en BBVA y lleva más de 20 años como cliente. Dicho familiar tuvo en su día algún retraso de pago por falta de liquidez, por ello pidió al director una reunificación de deuda y así poder pagar, de esto hace dos años. Este director pidió que se cubriese el descubierto que había y así lo hizo el cliente, quedándose el citado cliente algún mes sin nada de su sueldo. Este director, además de no reunificar y faltar a su palabra, no cesaba de llamar al cliente para que pagase más y más. Esto provocó tal presión a mi familiar que acabó yendo al psicólogo por depresión y ansiedad. El colmo es que había forma de reunificar ya que se ofreció de garantía el piso ya pagado de otro familiar junto a otra nómina, en total la garantía era de más de 2.000 euros al mes y un piso ya pagado, además de dos tierras en un pueblo. Después de pagar casi 3.000 euros de descubierto y ofrecer estas garantías, el director no reunificó y hoy la casa de mi familiar está en subasta. La casa estaba valorada en 50.000 euros y tiene 49 m2 y el banco la subasta por 112.000 y afirma que tiene 61 m2... en fin. No valió de nada más de 20 años como cliente, ni la garantía ofrecida, ni quedarse algún mes sin un euro.

Ana María López. LEÓN

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