TRIBUNA
Los piquetes empresariales
La huelga es un instrumento constitucional a disposición de los trabajadores, como recurso para presionar a las empresas o administraciones a negociar condiciones laborales que no sean lesivas para la clase trabajadora.
Nadie podrá decir que los sindicatos convocantes de la huelga general, no han negociado junto con los empresarios, y también a instancias del presidente del Gobierno, el Sr. Rajoy, llegando a varios acuerdos en la línea de asunción de responsabilidades, debido a la crisis y el preocupante incremento del paro.
Sorprendentemente el Gobierno publica el 10 de febrero el Real Decreto-ley 3/2012 de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral, con efectos desde el día 11/02/2012 y el día 8/03/2012 el Parlamento acepta el tramite parlamentario para su debate como Proyecto de Ley, todo ello de espaldas a los representantes de los trabajadores y trabajadoras y oficialmente también de los representantes empresariales.
No obstante, los máximos representantes sindicales, han dirigido dos cartas al presidente del Gobierno y a la ministra de Trabajo, instándoles a negociar y modificar el contenido del R/D-ley, por considerar que es gravemente lesivo para la clase trabajadora y la sociedad en general. No habiendo obtenido ninguna respuesta a tales peticiones, a las organizaciones sindicales no les ha quedado otra salida que la convocatoria de una huelga general.
Menos ha tardado el Gobierno en legislar una reforma laboral al dictado de la Unión Europea, que arrebata todos los derechos conseguidos a lo largo de muchos años, con el esfuerzo de muchas personas trabajadoras. Esta reforma es reaccionaria y supone un brutal atropello de los derechos laborales.
Se facilita el despido, se hace más barato y más rápido, se abarata el salario, se cambian las condiciones del trabajo, se acaba con la negociación colectiva, y se dan todas las facilidades a los empresarios para poder justificarlo, a partir de ahí será el trabajador o trabajadora quien tenga que recurrir a los tribunales y demostrar que tiene razón, y aun así podrá ser despedido.
El «contrato para emprendedores», nueva triquiñuela (menores de 30 y mayores de 45) en empresas de menos de 50 trabajadores, será de tres años y durante el primero se podrá despedir gratis y sin derechos. Los contratos de formación y aprendizaje serán para jóvenes de hasta 30 años y podrán tener vigencia hasta los 33, mientras este país tenga una tasa de paro superior al 15%, por no hablar de que pueden despedir por tener la desgracia de estar enfermo, como ya está ocurriendo en la actualidad, y mucho más que en esta tribuna por falta de espacio no se puede enumerar. Por lo que no estamos equivocados al decir que quieren acabar con todos los derechos laborales y sociales.
Todo esto y mucho más lo que si hace es empobrecernos a todos, incluidos los empresarios y autónomos, porque compraremos menos, se venderá menos, se fabricará menos y estamos alimentando la espiral de la recesión. Eso sí, algún día se empezará a crear empleo como en los años sesenta, sin derechos, pero los trabajadores y trabajadoras seguiremos siendo pobres, ahora bien, los ricos lo serán más y se les notará más.
La Fele, está muy preocupada por el desarrollo de la jornada de huelga, dicen que se perderán muchas horas, digo yo que como cualquier festivo. Lo que en realidad les preocupa es que la huelga tenga éxito y la reforma pueda sufrir modificaciones, por eso están nerviosos y dan consignas a sus afiliados, para identificar a los piquetes y/o sindicato con fotografías o grabaciones, para remitirlo a la sede de la Fele, ¿será para denunciar? ¿será para tomar represalias?.
Si entramos en esa dinámica, los representantes de los trabajadores podemos afirmar que ya tenemos datos y pruebas de muchas empresas en las que se actúa como piquetes empresariales, obligando a realizar jornadas superiores a las cotizadas y pagadas, amenazando con el despido cuando no se cumplen las exigencias patronales, al margen del derecho laboral y un largo etc. Al igual que se nos pide con insistencia que el día de la huelga asistan los piquetes a los centros de trabajo, para impedir la entrada por sentirse amenazados si la decisión se toma por los propios trabajadores.
Como se puede ver, excusas y razones tenemos todos, pero los sindicatos actuamos en forma de piquetes, para informar y asesorar a demanda de los trabajadores y trabajadoras, que están convencidos de que esta reforma es dañina para ellos, sus familias y para toda la sociedad, porque amenaza los servicios sociales y consagra precarios trabajos y exiguos salarios.
La Fele debería entender a sus representados, que quieren que sus comercios y empresas tengan actividad, ya que la mayoría de la sociedad, trabajadores al fin y al cabo, somos los que entramos y compramos sus productos, mantenemos sus negocios abiertos cada día, y para eso necesitamos tener trabajo y salario digno, por eso también pedimos su apoyo, para que esta reforma se retire.