editorial
Ampliando horizontes turísticos
Aromas y Memorias de Sefarad es el sugerente lema con el que el Patronato de Turismo presidido por la Diputación lanza ahora una campaña de promoción turística de las rutas de las juderías medievales de la provincia. El recorrido propuesto transcurre por doce localidades —Cea, Sahagún, Mansilla de las Mulas, Valencia de Don Juan, Villamañán, Valderas, Alija del Infantado, Astorga, Bembibre, Ponferrada, Cacabelos y Villafranca del Bierzo— y tiene como objetivo convertir la cultura y la historia hebreas en una excusa más para visitar la provincia.
La idea es divulgarlo a través de las comunidades judías, fundaciones, guías, agencias y publicaciones especializadas. Y el objetivo, descentralizar y desestacionalizar el turismo y romper una de sus barreras: que quien venga a la provincia se quede aquí más de esa media que ahora mismo está todavía muy lejos de las dos noches y que extienda su visita más allá de la capital, que precisamente estos días recibe la mayor afluencia de visitantes.
León sigue siendo un filón turístico todavía escasamente explotado a la vista de las cifras y de sus potencialidades. No puede dejar escapar sus oportunidades de desarrollo, menos en los tiempos que corren. Las características y variedad de la geografía leonesa, la naturaleza, el patrimonio histórico, artístico y cultural, la gastronomía, el enoturismo, etcétera, ofrecen enormes posibilidades.
Superados los tiempos de la esquizofrénica división, parece claro que si hay una buena propuesta, y ésta va en esa línea porque además apunta a un turismo de alto poder adquisitivo, no tardarán en recogerse los frutos de los esfuerzos. La mejora de las comunicaciones, en particular la llegada del AVE y un plan de vuelos que o sólo lleve sino que sobre todo traiga, abre posibilidades inéditas de promoción para una provincia que tiene que creer
en sus posibilidades porque, de verdad,
León es capaz de sorprender y conquistar.