Un recorte que debe quitar sólo el gasto innecesario

El recorte de 10.000 millones de euros en la Sanidad y la Educación que anunció ayer el Gobierno sólo será admisible si es verdad que busca una mayor racionalización, eliminación de duplicidades y la mejora de la eficiencia. Si el dinero que se recorta es porque se eliminan gastos innecesarios la medida será bienvenida porque la ciudadanía es precisamente lo que viene reclamando a las instituciones, que se frene cuanto antes el derroche generado precisamente por esa inoperancia e ineficacia de las administraciones.

Lo que no podrá encajar la sociedad española en ningún caso es que este recorte del gasto llegue a afectar a la calidad de dos de los pilares del Estado de bienestar como son la educación y la sanidad. Hay muchos campos en los que meter las tijeras para adelgazar el sistema público español en los que apenas han llegado los arañazos . La duplicidad de competencias, las empresas públicas inútiles y la propia existencia de un número tan elevado de cargos políticos con todo tipo de prebendas deberían tener prioridad en los recortes.