La opinión del lector
Presupuestos antisociales
Habemus presupuestos. Superando la fogata blanca con la que el Vaticano anuncia los nuevos papas, los presupuestos de la era Mariano han llegado al Congreso en un lápiz de memoria, asociado con el denominado código BIDI que escaneado a nuestro móvil hace aparecer el borrador del proyecto de ley colgado en el portal de la Administración del Estado. Atrás quedan los miles de folios descargados por los ujieres del congreso desde la furgoneta oficial. Eso es progreso. Lo malo es que el progreso de su forma no lleva asociado el progreso de su contenido: estos presupuestos vienen tan ajustados como comprimidos sus archivos.
Rebajados, están superrebajados y lo venden todo a precio de saldo. Veamos: La justicia la rebajan en un 6%, la investigación en un 34%, la educación en 21,9%, la sanidad en un 13,7%, y quitan todas las aristas sociales limando el Plan Concertado con el que el gobierno financia los servicios sociales realizando entre otros recortes, un 28% para el plan de drogas, 39% en el plan de mayores, 42% en infancia y familias y 43% en las prestaciones básicas de servicios sociales: El mayor recorte de la historia de dicho plan.
Para contrarrestar tanta bajada, suben el precio de la luz en un 7% y el del gas en un 5%.
La mayoría parlamentaria no presupone una mayoría de aceptación social (las manifestaciones, la huelga general y las elecciones andaluzas y asturianas así se lo han demostrado) y mucho menos un cheque en blanco para generar discriminaciones, precariedades y rupturas de derechos sociales generados con muchos años de trabajo y lucha por conseguir la justicia social que todo ciudadano se merece.