El sistema financiero pide claridad y menos vaivenes

La reforma del sistema financiero arrancó a finales del 2009 y, en sus inicios, se trabajó con la idea de que estuviera finalizada en un año. De aquello ha pasado más de año y medio, unas elecciones con cambio de Gobierno incluido, y aún no se ve el final de esa reorganización.

Al inicio se pidió un nivel de capital de solvencia del 10%. Y así comenzaron las fusiones entre las diferentes cajas de ahorro, que en el caso de Castilla y León dejó sólo una entidad en la Comunidad, Caja España-Duero.

Después esas exigencias se fueron elevando y España-Duero buscó en Unicaja la tabla de salvación, que le permitiera llegar al capital necesario. Llegó el PP al Gobierno y dio otra vuelta de tuerca, al elevar hasta los 100.000 millones los activos para ser solventes. Y ahora, De Guindos va más allá y pide a Unicaja, España-Duero, Ibercaja, BMN y Liberbank que se fusionen para ser más solventes. Es cierto que la crisis exigía reestructurar bancos y cajas, pero no lo es menos que se impone ya que se fije el camino definitivo a seguir. El sistema financiero necesita más claridad y menos vaivenes.