CRÓNICAS BERCIANAS
Borrón y cuenta nueva
E l relevo en la Ciudad de la Energía es una buena noticia en sí misma para Ponferrada y toda la comarca. No resultaba ventajoso para el interés general que el proyecto de la Ciuden, convertido no obstante en coartada estatal para privar al Bierzo de otras inversiones, estuviera en manos de un interino marcado por su sintonía partidaria con el primer grupo de la oposición. Con patatas tan calientes como el desbloqueo de las obras de la sede central del Museo Nacional de la Energía o la conexión definitiva de los ensayos de la planta de captura de CO2 con el proyecto comercial multimillonario que Endesa debería poner en marcha con dicha tecnología en Compostilla II, la presencia de José Ángel Azuara sólo inducía al recelo.
Desde ese prisma, su relevo político por Melchor Ruiz parece lo más cuerdo. Azuara, sin omitir su denuedo por concluir la planta de captura de Cubillos o dejar en marcha la primera pata del proyecto museístico en la vieja térmica de la MSP, pasa a los anales de la Ciuden como un director general hiperpolitizado. Propició o consintió las contrataciones de personal clientelares; se alió con la torpe oposición socialista y sus tesis para mellar al alcalde de Ponferrada y por ende —lo que es más grave— a toda la ciudad. Y más allá todavía, no dudó en clave intestina del PSOE en cerrar las puertas de la fundación a los críticos con la dirección orgánica provincial.
Esas deberían ser las líneas rojas que no debería traspasar su sucesor, Melchor Ruiz, para no mutar en el ejemplo de director-comisario que el propio Alfredo Prada acaba de prometer que no será. Con las cartas boca arriba y a sabiendas de que su elección se produce bajo el signo de la perdida de influencia a borbotones del regidor ponferradino Carlos López Riesco, una de las primeras garantías para la ciudadanía de que no se van a volver a jugar en la Ciuden asquerosas partidas orgánicas sería el desarrollo del convenio urbanístico de la transformación de los equipamientos deportivos en la capital berciana. Si Ruiz traspasa las tóxicas líneas rojas que hereda de Azuara y no saca adelante los proyectos estratégicos pendientes o se distrae en repartos de dádivas fuera de las competencias de la Ciuden a municipios amigos, entonces estamos perdidos. Su suerte será la del territorio comarcano.