Diario de León

ASUNTOS INTERNOS

Ciuden, tenemos un problema

Publicado por
j. a. gundín
León

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Al anterior presidente del Gobierno le debemos agradecer los leoneses, en general, y los bercianos, en particular, que apostara por la Ciudad de la Energía y comprometiera en el empeño la participación de los organismos nacionales y europeos. Zapatero percibió con nitidez que esta empresa no sólo prolongaría la vida de la mortecina industria del carbón, sino que abriría una era ilusionante de investigación y desarrollo tecnológicos «made in Spain». Para la puesta en marcha no se escatimaron medios y se estableció una dinámica de trabajo que el Gobierno de Rajoy parece dispuesto a proseguir, como demuestra que la partida asignada a la Ciuden en los Presupuestos Generales del Estado sea la más nutrida de la provincia.

Sin embargo, el acierto que demostró Zapatero en el arranque lo abarató con la designación del responsable, José Ángel Azuara. Por decirlo con benevolencia, no ha estado a la altura de un reto tan importante, tal vez porque jamás entendió la cultura minera ni empatizó con una tierra que, a fuer de hospedar a peregrinos desde hace siglos, sabe de qué pie cojea cada cual en cuanto baja por Foncebadón. Y el señor Azuara cojeaba de sectario, de cierta soberbia y de una educación muy justita. No supo o no quiso separar sus inclinaciones partidistas de su responsabilidad institucional. Hasta el propio ex ministro de Industria, Miguel Sebastián, abominaba de su gestión. En Ponferrada casi nadie le tomó aprecio, cuando pudo haberse convertido en uno de los personajes más queridos. En suma, ni talento ni talante.

Una lástima porque la Ciuden ha perdido tiempo y energías en los años de bonanza, cuando más podía haber avanzado. Ahora atravesamos el páramo de la escasez y el rigor, y habrá que defender hasta el último céntimo del proyecto. Toma el relevo Melchor Ruiz, cuyo currículum muestra su experiencia y conocimiento de la minería, conoce la tierra que pisa y parece más técnico que político. Con tal de que no cometa los errores de su antecesor, ya sería un éxito. Si además gestiona con vigor, buen tino, criterio ecuánime y transparencia, sobre todo transparencia, podremos recuperar la fe en el proyecto y, lo que es más importante, que Madrid y Bruselas también la conserven. En ello nos va buena parte del futuro de la comarca minera y nuestra autoestima como sociedad.

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