Diario de León
León

Creado:

Actualizado:

Va a tener serios problemas Tomás Villanueva para renovar el distinguido título de a amor a León no me gana nadie, que revalida desde que ese grupo de presión castellano lo puso al frente de las gallinas y el gallinero de la Junta de Castilla y ... León. Se lo ha puesto complicado un jovencito director general, que se trata la urticaria de lo leonés mientras menea el carrito de las patatas fritas que sirve Silvia Clemente en la consejería de Agricultura.

Gómez Sanz se ocupa de la dirección general de producción agropecuaria y desarrollo rural (temas nimios para un espacio político que resuelve con el sector primario y aledaños la médula espinal de su producto interior) desde que otro de los fundadores del club amiguines de León, que en la Junta viene a ser lo que la Masía a Can Bar-ça, dejó el cargo elevado a los altares de la delegación del gobierno de Valladolid en Burgos. Se ocupa de la dirección general, pero no de lo que compete a ese departamento, que asume la administración que dio en llamarse Junta desde que resultó el invento aquel del estado de las autonomías. Esta, en concreto, tiene una vía de agua en la frontera norte, que resulta ser la que delimita el territorio leonés (qué coincidencia) en espacio tan leonés como el babiano, que amamanta a León como la loba lacial a Rómulo y Remo, que vive y come de lo que da la tierra desde que la naturaleza nos dejó en heredad el paraíso.

El problema es viejo. Mieres ha metido las patas en León y a León no le defiende ni quien tiene la potestad administrativa y legal de defenderlo. Esta vez el joven director general, en la nómina de sobreros de Clemente desde el pasado verano, que les ha dicho a los babianos que cada perrito se lama lo suyo, y que el cáncer que ha salido en 900 hectáreas de León de las que se nutren cinco pueblos no es ni espinita en Valladolid.

Y los babianos, que podrán no tener poder pero andan holgados en sentido común, llegaron a la conclusión de que si lo que tuviera Mieres fueran viñas en vez de pastos, y en la Ribera del Duero en lugar del Puerto de la Cubilla, ya se habría levantado en armas la Junta, que por otra parte es su deber. Que habría ocurrido como con la brucelosis de los corzos de Silván que se padece en León, no en Boecillo; como la osita que se quedó sin madre en el Sil y purga la orfandad en Burgos. Y todavía tiene que venir Esperanza Aguirre a decirnos que las autonomías son perversas.

tracking