Diario de León
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Pues sí, últimamente todos los días se publican noticias sobre animales, y nos choca aunque las leas en un periódico que se llama DIARIO DE LEÓN. Las hay espeluznantes. En Ávila, unos 200 buitres han devorado a una vaca mientras paría. Siniestro tentempié. En el comunicado de Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) describieron así el ataque: «una inmensa bandada de buitres se estaba comiendo los ojos, nalgas y vientre de la madre y casi toda la cría». Lo escribe Stephen King y pensamos que exagera; menos mal que el gremio es parco en palabras y nos ahorró los detalles más escabrosos; no obstante, tenía previsto ir a comprar yemas de Santa Teresa y aplacé el viaje. También se han producido ataques en Salamanca. ¿Qué ocurre? Tanto Pearl Harbor ha de tener explicación. Falta carroña en los montes; eso o estamos protagonizando sin saberlo un remake de Los pájaros .

La condición humana muerde, pero tampoco es que la animal, puesta a ejercer la suya, sea un prodigio de delicadeza. Algunos tienen un cocodrilo en casa y luego se asombran de que se haya comido a la abuela y tres cuartas partes del cartero: «Era uno más de la familia, nunca antes había devorado a nadie». Ya. Hasta que le dio por atacar Pearl Harbor. Aunque no todas estas noticias son truculentas. En un artículo de Fidalgo leo que han sido halladas una cría de ciervo, en Páramo del Sil, y otra de corzo, en el municipio de Corullón; fueron recogidas con buena intención, aunque quizá no estaban abandonadas o perdidas. Pero mejor este espíritu dickensiano que verlas convertidas en carpaccio, en las garras de los sicarios alados de Cruella de Vil.

Pero la imagen de 200 rapaces zampándose a una vaca mientras pare te lleva a preguntarte si a la teoría de las especies no le habrá dado un siroco gore. Tendrá su explicación racional, pero mientras los expertos dan con ella, mantengámonos ojo avizor con todo lo que tiene plumas. «Agustín, hay buitres en el pasillo», le informa, no alarmado pero sí sorprendido, el alcalde al concejal de Hacienda. Y éste: «Ahora voy a darles con el zapato, no vayan a ser de una agencia de calificación». Sobre todo, nunca hay que alimentarlos, se acostumbran y terminan atacando Pearl Harbor.

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