La opinión del lector
La vida en los pueblos
Quién no ha utilizado la expresión «mi pueblo». Es algo que se identifica como el lugar donde hemos nacido o tenemos nuestras raíces. Un día leí un comentario que decía: ¡Qué suerte los que tenéis pueblo! La expresión puede tener varios significados, pero lo que quiso decir realmente es que los que vivimos en pueblos pequeños podemos disfrutar de cosas que no hay en las ciudades. Pues sí, es una suerte, porque cuando hablamos de nuestro pueblo lo decimos como algo muy familiar. Antes ser de pueblo era sinónimo erróneamente, de ignorancia. El pueblo —en muchos casos muy bien defendido por sus paisanos— se ha convertido en moda. La gente dice el chorizo de pueblo es el mejor, o las verduras o los frutos o el agua de las fuentes… La gente que se va retirando o en vacaciones se va de las grandes urbes para volver a sus raíces. Sabemos que el turismo rural está en alza. Se están rehabilitando muchas casas viejas de piedra, pero para hacer turismo hace falta mantener el entorno natural cuidado, fomentar actividades sobre la cultura de los pueblos, dar a conocer su gastronomía popular, conservar el patrimonio cultural, los huertos y los árboles autóctonos y demás. Pero también hay problema: la falta de servicios como carreteras adecuadas, comunicaciones como telefonía móvil, televisión… Esto es muy importante para mantener la población. Aunque sea paradógico, hoy la crisis afecta mucho más a las urbes que a los pueblos, por eso es esencial la vida de ellos y como decía Víctor Hugo: «La grandeza de un pueblo no se mide por el número de habitantes, cómo no se mide por la estatura la grandeza de un hombre».