TRIBUNA
La mirada del Cristo
¡Qué fino y qué «progre» queda eso de «jurar de forma laica» por su «conciencia y honor», a estas alturas, cuando todos sabemos mucho más de lo que quisiéramos!
Retirar el crucifijo. ¿Por qué? Si a alguien no le importa lo que representa ¿qué valor puede tener su presencia? Aunque claro, si se le deja allí, con el tiempo, como el Cristo de la Vega, puede ser testigo de una palabra incumplida. Es mejor taparle los ojos con un paño o incluso, en un gesto mucho más drástico y efectivo, retirarlo.
Cualquier creencia o no creencia es merecedora de todo respeto, pero lo que es realmente absurdo es un acto vacío de contenido o que si algo expresa es la ignorancia del protagonista. La cultura europea, mal que pese a algunos, es el resultado de la idea cristiana; sin ella Europa no sería, o sería otra cosa.
Nadie puede borrar con una absurda escenita dos milenios de historia, para sustituirla... ¿por qué? Eche el arrojado edil su mirada al entorno. ¿Qué tipo de creencia de las que nos rodea prefiere? Ya, ya sé, ninguna, será la respuesta. Otra vez la ignorancia. Quizá no se haya enterado aún de que incluso una parte de nuestro cerebro posee una pequeña parcela dedicada a lo espiritual. Queda por dilucidar si los primeros seres humanos aparecieron sobre la Tierra ya con ella o fueron el tiempo y la necesidad los encargados de crearla, pero el hecho es que está ahí, en todos nosotros, incluso en los que, llevados por su deseo de destacar por algo que no sea el hecho de haber perdido una subvención de «cerca de 800.000 euros por mala tramitación», juegan al despiste.
Seguramente la Iglesia, como institución regida por hombres, que no por ángeles —que ya nos gustaría— habrá cometido errores y los seguirá cometiendo, pero ahí ha estado también para proteger la cultura y cubrir muchas necesidades. Leo en el mismo diario que se hace eco del ampuloso gesto del edil, que Cáritas ha puesto en funcionamiento en Segovia un economato para personas en riesgo de exclusión. Eso por citar sólo un ejemplo actual e inmediato. ¿Qué se está haciendo desde otras instituciones —salvando honrosas excepciones— o partidos para paliar la situación de esas personas?
Tal vez este edil, a partir de ahora, con el Cristo retirado, tome para sí la labor de proteger, alimentar y consolar a los desheredados que, precisamente por gestiones... indebidas, como la suya propia, se encuentran en ese estado.