AQUÍ TE ESPERO
Primero, el tejado
Es algo que desde niños se nos ha dicho que no debe hacerse: empezar la casa por el tejado. Y eso es lo que creo yo que está haciendo con León el Gobierno, la Junta y el Ayuntamiento, todos a una.
Se ha dicho muchas veces que en esta provincia se han gastado muchos millones inútiles. Inútiles porque no han servido para nada a los leoneses, aunque alguno de aquí o de fuera se haya visto beneficiado por el despilfarro. Pero la inversión no ha servido para que el futuro sea mejor, sino peor. Si se construye una carretera, en el futuro mejorará la vida de los que puedan viajar gracias a ella. Pero si se construye un museo por el simple afán de que haya uno en el pueblo (y aquí se han edificado cientos) el futuro será negro porque no habrá suficientes visitantes de pago para cubrir gastos, lo que significará un agujero sin fondo para el ayuntamiento y los contribuyentes de turno que serán quienes tengan que seguir pagando el mantenimiento.
Con estas premisas no entiendo que en el Gobierno o en la Junta no se destine un euro a terminar de una vez la León-Valladolid o el AVE, obras a las que no les falta mucho y significan futuro para esta provincia y en cambio se malgasten dos millones de euros (no es la panacea, pero cuando no hay un céntimo dos millones es un despilfarro innecesario) para el Palacio de Congresos. Una obra comparable a varios cientos de los museos antes citados, porque necesitará miles de millones para su conclusión y cientos de millones para su mantenimiento, que tendremos que pagar los vecinos de la capital. Es decir, un regalo envenenado porque hipoteca el futuro de esta ciudad con unos gastos que no se necesitan y que son imprescindibles para otros servicios.
León no es Nueva York, ni París, ni Florencia, no es ni siquiera Burgos (dense una vuelta por la ciudad castellana y notarán la diferencia) para que tengamos que presumir de algo. Tenemos que ser humildes y olvidarnos de presumir, que no nos distraigan con cantos de sirena. Hay que exigir lo que es imprescindible, como el mantenimiento de la minería o que la agricultura y la ganadería leonesas sigan teniendo el peso de siempre y Bruselas no nos acogote. Que se acaben las infraestructuras comenzadas y necesarias, pero que no se malgaste más dinero, que sale de nuestros bolsillos y tardaremos años en poder pagar, hipotecando el futuro de nuestros hijos.