Diario de León
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Emilio Suárez García. leónEsther Rodríguez (madre de Victoria). ciñera
León

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Carta a Joaquín Otero

Allá por los primeros siglos de nuestra era hubo un pastor lusitano cuyo nombre era Viriato, quien luchó contra los romanos en defensa de lo que creía su territorio; no voy a contarle el resto de la historia, porque barrunto que está usted tan ducho o más que yo. Pero lo que sí quiero recordar es que fue traicionado y asesinado por algunos de sus leales a cambio de unas monedas ofrecidas por los enemigos; también merece recordar, que cuando fueron a cobrar la recompensa, una vez realizado el crimen, Roma los despachó con aquel... «Roma no paga a traidores». Desde entonces, los genes de aquellos miserables se han extendido por el territorio español y en nuestro León parece que quedaron abundancia de aquellos. Me place que desde el señor Martín Villa hasta su ingreso en política, hemos tenido que aguantar los leoneses una multitud de paisanos en ese denostado mundo, dedicados más a llenar el bolsillo que a pensar en los sentimientos de su pueblo.

Don Joaquín, ha llegado a ese paupérrimo mundo con el voto de unos miles de leoneses, depositados bajo la condición de que respetase un sentimiento de un pueblo y que para la defensa de este sentir, confiamos en fiascos como usted. Le faltó tiempo, para llegar a Valladolid y comenzar a hacer arrumacos a los señores del PP, algo que muchos leoneses, militantes en muchos casos de su propio partido de entonces no entendimos; pero con el paso del tiempo empezamos a sospechar; hoy aquellas sospechas las hemos visto transformadas en realidad.

Usted ha traicionado a su pueblo, usted y sus miserables allegados, son unos descendientes genéticos de aquellos traidores a Viriato, que han antepuesto su colocación y la de su familia al sentir de un pueblo que había depositado la confianza en usted. La historia, señor Otero se ha vuelto a repetir, pero esta vez Roma (léase PP) sí que ha pagado a los traidores. La historia, como le digo, se ha repetido, pero los valores de lealtad y autenticidad se han cambiado por un sueldo mensual... ¡Qué pena, tener que vivir pensando que Roma ya no es lo que era… Roma paga y fomenta a los traidores!

Al ministro Soria

Señor Soria, me llamo Victoria y tengo cuatro años. Vivo en Ciñera de Gordón. Le escribo para pedirle por mi futuro y por el de muchos niños como yo que sus papás viven de la minería. Si usted cierra las minas me voy a tener que ir con mis papás y dejar a mis abuelos, tíos y amigos. Piense, por favor, en el futuro de niños que, como yo, no queremos dejar atrás el pueblo donde nacimos y donde somos muy felices. Yo no entiendo de crisis ni de dinero, pero entiendo de jugar, reír y ser feliz. Por favor, no me quite la posibilidad de crecer y ser feliz en mi pueblo, en el de mis papás y abuelos.

P.D. Mi papá con su sueldo paga mi ropa, comida y calefacción además de los impuestos. Si todos ganásemos eso y solo eso durante unos años la vida sería mucho menos dura para muchísima gente. Impónganos un sueldo máximo igual que existe uno mínimo, aunque sólo sea hasta salir de la crisis.

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