TRIBUNA
Los polacos no son xenófobos
La vida suele traer asuntos inesperados y de sopetón que afloran, surgen y sobresalen como choques y golpes desagradables e inoportunos. Hacer que sean llevaderos y amenos y se acomoden en nuestros sentimientos, pareceres y formas en la senda de nuestro caminar hacia adelante es difícil y escabroso.
Mirando en Internet hace unos días, fue grande mi asombro y extrañeza al leer un pensamiento e idea descabellada e incorrecta en relación con mi manera de pensar. Me refiero a una acerba crítica. No cito autor ni autores, «no les parecía bien que los juegos europeos de balompié tuvieran lugar en Polonia y Ucrania». Decían y comentaban a los familiares de jugadores que participan en los juegos que se quedasen en casa porque volverían en ataúdes. Citaban ya a familiares con la negativa.
Me pareció demasiado fuerte, ilógico e inconsecuente porque exponían razones débiles y flojas al ser «de oídas» para tal afirmación y espeluznante aserto. Los argumentos para su confirmación no eran convincentes al indicar el absoluto desconocimiento de la historia, costumbres, tradiciones e idiosincrasia de dichas naciones donde se celebraban.
Mi intención de estas líneas es exponer mis razones de absoluta y rotunda oposición y su desacertada y alocada opinión sin hallar fundamento ni base en esa creencia de xenofobia de Polonia. Nada de Ucrania, que no conozco. Sí, he visitado.
Primera, principal y esencial razón para poder hacer una afirmación de ese género es tener conocimiento profundo, serio y objetivo viviendo entre los nativos durante años. No basta ni es suficiente una larga excursión turística ni viaje de grandes y numerosos negocios.
El saber el idioma y leguaje de los nativos para no tener que acudir a los intérpretes y traductores que no dudo de su fidelidad pero no pueden superar a la certeza y verdad de conocimientos de primera mano que es el mutuo entendimiento sin recurrir al apoyo y ayuda de traductores e intérpretes. Poco a poco ir conociendo por lectura de la historia, tradiciones, costumbres… Es valiosa e insuperable ayuda.
Los amigos y contactos con personas de distintas profesiones, escalas, rangos y clases sociales son excelentes medios para poder mejor compaginar y comparar conocimientos adquiridos y logrados, pareceres y opiniones alcanzados de los diferentes y diversos grupos de parlantes. Los intérpretes suelen seguir la parte oficial propuesta y seguida del gobierno en el poder y suelen llevar y decir a los turistas aquello que conviene y concuerda con la tendencia ideológica del partido en turno.
Existen otras razones que puedo citar pero creo que las expuestas son suficientes y no veo de utilidad mencionar otras para probar y argumentar mi opinión y parecer de que el pueblo polaco, en general, y la nación de Polonia es un país acogedor, educado, cortés y da la bienvenida a todo extranjero de la raza que sea. Sin embargo no descarto la existencia de algún balarrasa, tarambana o carca retrógrado como suele suceder en los demás países.
Mi defensa de parecer se fundamenta y basa que he vivido entre los polacos desde el año 1992, tengo amigos de familias y miembros de profesiones diversas y diferentes como jueces, abogados, notarios, médicos, políticos, historiadores, negociantes, obreros, campesinos y toda clase de profesiones artísticas del teatro, cine y ciencias prácticas se hallan entre mis muchos amigos.
Podría exponer miles de razones para probar que nunca he notado, sentido ni percibido esa tendencia de xenofobia de los que consideran, achacan, inculpan y acusan de ser xenófobos a los polacos.
Mi conclusión es que su aserto es infundado y su afirmación es falsa e incorrecta, descentrada, alocada e injustificada hablando con suavidad y delicadeza. Su falta de convincentes y rotundas pruebas de la existencia de xenofobia, les hacen caer más en su eminente nesciencia y notable incultura de la historia, costumbres y tradiciones de los polacos y no haber tenido experiencia de vida entre y con ellos.
Finalmente concluyo con un dicho polaco que tanto me impresionó cuando en mi aprendizaje del idioma polaco un profesor me dije lo que piensan los polacos de los huéspedes: «Un huésped en casa es Dios en casa».
Conociendo la tradición religiosa y costumbres polacas no hacen falta comentarios. Solamente puedo decir con mi experiencia que el dicho sigue y seguirá en corazón de todo polaco siendo recibidos todos sin exclusión de raza ni creencia.