La opinión del lector
Atropello en Santa Nonia
No sé si sabré expresar todo lo que quiero decir. Jueves, 26 de abril: voy por la calle Santa Nonia absorta en mis pensamientos cuando de repente siento un golpe enorme y me veo en el suelo. Intento incorporarme, pero no siento las piernas y no puedo por el dolor tan grande que siento en ellas. Pero ahí estoy, como una hormiga rodeada de gente, policías, bomberos, el 112… En fin, no daba crédito de lo que sucedía a mi alrededor. Yo sólo oía está grave, está grave.
Ahora que tengo fuerzas y ánimo desde aquí quiero agradecer esa ayuda de esos primeros momentos tan decisivos en mi vida. A los servicios de Urgencias del Hospital, uci, al equipo del doctor Lázaro que me operó y por supuesto a mi familia, que en ningún momento me dejó sola. Amigos, clientes de mi negocio y a esa amiga, que cuando a mi marido le dieron esa desgraciada y horrible noticia estaba en casa y no lo dejó solo en ningún momento. Estoy y seguiré luchando como una gran leonesa que soy.
P. A. M. LEÓN
¿Servidumbre en las audiencias televisivas?
El día 6 de junio, el diario El Mundo publicaba bajo una foto de la periodista, el siguiente titular: «Julia Otero naufraga en su programa de entrevistas en La 1 de TVE». Se refiere a «Entrevistas a la carta», que en horario de máxima audiencia (las diez de la noche), sólo tuvo una audiencia del 10% en su primera semana en antena, para desplomarse hasta un raquítico 6,4% en la segunda. ¡Qué fiasco!
No estoy de acuerdo en el naufragio de la periodista, quien realmente se la pega es la audiencia que vuelve a dar la espalda a tal tipo de programas, es la pobre España donde no parecen interesar contenidos ni personajes serios. El entrevistado de ese día era el premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa, personaje afable e ingenioso que tratado con la corrección que distingue a la periodista, compuso una charla amena y aleccionadora.
El fallo de Julia Otero es hacer ese tipo de programas como si estuviera en un país serio, y no señora, no lo somos. Aquí cosechan audiencias: «Sálvame diario», «Gran Hermano tres mil y pico»... ya se ve. Interesa saber si no sé quién está liado con no sé qué otro, si tal personaje público está metido en algún escándalo, las mariconadas de turno. ¡Pobre España!
Delfín Viñuela Rojo. LEÓN
Respuesta a «la Iglesia en peligro»
En relación con el artículo aparecido en este periódico el 19 de mayo debo constatar mi asombro ante semejante manera de tergiversar las cosas. En primer lugar, la explanada ante el gran monumento artístico de la Colegiata de San Isidoro no es un polideportivo donde se pueda jugar al balón libremente. Para eso hay otros lugares más adecuados, donde no se moleste a nadie, máxime tratándose de un templo donde procede el mayor respeto y veneración. En segundo lugar, eso no tiene para nada relación con el hecho de apartar a los niños de la cercanía de la Iglesia, eso son ganas de hacer demagogia facilona.
Se trata más bien de enseñar a los niños a ser respetuosos y no protagonizar ante ellos auténticas faltas de respeto hacia personas que sólo tratan de corregir actuaciones indebidas. Por último las palabras ofensivas hacia el abad de San Isidoro, persona donde las haya humilde y bondadosa, son inadmisibles. El hecho de que se trate de preservar una rehabilitación recién terminada de la envergadura de la que se acaba de llevar a cabo en San Isidoro, no debe ser considerado nada más que de pura lógica. ¿Por qué no llevan a los niños a tirar sus pelotas contra la fachada de San Marcos por ejemplo? En fin, empecemos por educar a nuestros niños y tendremos personas respetuosas. Muchos nos lo agradecerán.
Consuelo Callejón Aceban. LEÓN
Visita de don Bosco
La prensa nos ofrece a diario múltiple literatura sobre recortes políticos, económicos y laborales junto con un cúmulo de noticias sobre sucesos variopintos que afectan más a la actualidad y publicidad del medio que algunos eventos excepcionales obligados a vivirse silenciados para la vida leonesa merced al caso omiso de cierta mediática, pudorosa tal vez ideológicamente, ahora que las ideologías parecían atravesar un período de decadencia.
Gracias al obispo y al alcalde, que a pesar del día festivo dominical, haciendo un hueco en su agenda de trabajo y ocio merecidos, supieron animar con su presencia y su palabra muy digna un acontecimiento novedoso en la vida de la ciudad como ha sido la presencia de la reliquia de don Bosco, un santo moderno e importante en la historia de la Iglesia y de la educación en todo el mundo, con cierta influencia en la vida de bastantes leoneses a lo largo de muchos años.
Ángel Carvajal Carrera. LEÓN
Qué difícil es aceptar una crítica
Resulta inaceptable la paralización de las obras del ramal tranviario de Feve por motivos políticos debido a que es un claro —e hiriente— ejemplo de desprecio a las inversiones realizadas con dinero público, derrochando y despilfarrando sin control, sobre todo con la que está cayendo, seguido de que la gente ignorante es más fácil de controlar y engañar.
Por otro lado —debido a que en este país prima el «chapucismo» y demás vicios que no queremos corregir— no se puede consentir que desaparezca impunemente el puente de los Maristas, debiendo incurrir e inteligente desobediencia frente al cáncer de la especulación urbanística; sobre todo cuando no aprendemos de los errores del pasado y de cambios en el Pgou de la ciudad para poder arrasar a su antojo sin consultar ni dar cuentas a nadie (tampoco es plato de gusto pagar unos por culpa de otros; a su vez, también tenemos lo que nos merecemos). Debido a que en este país se vive de espaldas al ferrocarril, tampoco se puede permitir que el muelle de mercancías y el edificio de retretes desaparezcan impunemente si algún día se prolonga el tranvía hacia el centro de la ciudad.
Por otro lado, la integración de Feve en Renfe y Adif será pan para hoy y hambre para mañana dada la mala gestión de Renfe y su nula sensibilidad con el ferrocarril.
José J. Menéndez Carballo. LEÓN