...y un ‘borrón’ que no empaña una causa justa

La acción de un grupo de incontrolados no puede empañar una justa reivindicación. Es la reclamación de todo el sector del carbón, de las comarcas mineras y de toda la provincia de León.

Pero esa reivindicación no justifica nunca el insulto ni la agresión y muchos menos a quien se ha alineado claramente en favor del sector del carbón, como es el caso del alcalde de Ponferrada.

Los grupúsculos de incontrolados como el que ayer actuó contra el alcalde de Ponferrada no pueden ser tolerados. No puede generarse en una sociedad democrática una situación de dictadura de la violencia amparándose en una reivindicación aunque sea justa. No todo vale para defender el sector del carbón porque precisamente lo que se puede acabar es perjudicándolo. El colectivo que lidera estas protestas mineras tiene que ponerle freno a este tipo de actuaciones de los incontrolados. La violencia de estos grupúsculos tiene que remitir porque no puede ser nunca justificada e incluso se convierte en una amenaza para la propia reivindicación porque desde la sociedad siempre será mal vista y puede provocar que la ciudadanía no vea con la necesaria simpatía las reclamaciones por unos comportamientos aislados que no pueden empañar la causa del carbón.

El grupúsculo de ayer no es significativo dentro de los miles de personas implicadas en la defensa del carbón. Es en realidad una amenaza para su reivindicación. La violencia de los incontrolados nunca puede ser el camino.