Mejoría dentro de la gravedad

Un atisbo de esperanza. De nuevo titulares de «semana decisiva» aunque parece que con alguna razón. En ocho días se supone que podremos tener la situación encarrilada. Resolverla costará años. Mañana lunes, apurando el plazo, el ministro De Guindos solicitará por carta la ayuda a la banca española necesitada, casi toda menos BBVA, Santander y Caixabank. Y en pocos días la Cumbre Europea aprobará una especie de Plan Marshall casero para relanzar Europa. No se puede perder más tiempo. La economía del continente se relanza o acabaremos como una sucursal china. Hollande y Rubalcaba tienen razón con eso de que no vale solo con recortar. Esta semana China ya ha entrado en el sistema de satélites europeos Eutelsat porque la española Abertis le ha vendido su participación, con una interesante plusvalía. La noche del debate Rajoy-Rubalcaba lo que más impresionó a ambos al llegar allí, era conocer la presencia de la agencia oficial china de noticias entre los 670 informadores acreditados. Era la primera vez que aparecían oficialmente a mirar de cerca.

Lo mejor de la reunión de Roma entre Merkel, Hollande, Rajoy y Monti ha sido la profesión de fe en el euro. Andaba el personal comprando dólares y francos suizos, por si acaso, con la misma discreción con la que va sacando ahorros de unos bancos para llevarlos a otros, cuando Rajoy ha tranquilizado: «El euro es irreversible». Se respira un miedo lógico y, por suerte, la semana ha terminado con alguna mejoría, siempre dentro de la gravedad, en la bolsa, la prima de riesgo y en la confianza, tan mermada últimamente. Lo de la subida del IVA ya veremos porque se lo piden a Rajoy sus colegas europeos mientras aquí discrepan en público De Guindos y Montoro. Y como no hay un vicepresidente económico que mande, entonces opina Carlos Floriano que, desde el Partido Popular, suele dar una tercera versión. Hay que arreglar lo de las finanzas pero después urge reparar la comunicación. Este gobierno compite con el anterior, el de Rodríguez Zapatero, en desatinos informativos. Están cerca del empate.

Lo malo de la incertidumbre sostenida en un marco de desprestigio institucional - el poder judicial se ha sumado, entre la persecución a Garzón y la opereta de Dívar que ya erosionaba al ministro Ruiz Gallardón- es que dispara de nuevo los rumores en el Madrid agotador de la conspiración eterna. «¿Qué sabes de eso que vuelve Aznar para presidir un gobierno de emergencia nacional», preguntan atónitos desde varias provincias. A saber quien lanza esa especie que busca debilitar a Rajoy, sobre todo entre los suyos. «¿Qué hay de Josep Piqué como el vicepresidente económico que tanta falta hace?». Y así sucesivamente.

Entretanto, poca atención mediática a la importante visita de los príncipes a Estados Unidos. Qué gloria escuchar a don Felipe cuando se dirige en tan buen inglés a los empresarios y a las autoridades norteamericanas para defender los intereses españoles. Representa la imagen de una España ciertamente profesional, preparada y esperanzadora que, desgraciadamente, los últimos gobiernos no han abonado.

Ojalá de esta semana salgamos con las cosas más claras y que a Rajoy le vaya bien, porque se supone que nos irá mejor a todos. Si no sale adelante, habrá que atender la sugerencia del sabio Forges cuando declaraba ayer en RNE: «Igual lo suyo es darle unos cursitos de economía a Casillas, Xavi e Iniesta para que arreglen esto». Sería una última opción para evitar la que estarían dispuestos a encabezar personajes tan distantes como Mario Conde o Esperanza Aguirre, sin olvidar a Álvarez Cascos. Aún se preguntan en Asturias que fue a buscar allí, si protagonismo, influencia o inmunidad parlamentaria. O las tres cosas.