La opinión del lector
La televisión y los mineros
Desgraciadamente en España la información es cada vez menos plural. Hay buenos periodistas, pero muchos de ellos traicionan a sus principios, cambian su libertad expresión por un mejor puesto, y me refiero sobre todo a la televisión tanto pública como privada. No entiendo a estas alturas de la democracia como unas cadenas que deberían estar al servicio del pueblo, están al servicio de intereses políticos y privados.
Me estoy refiriendo sobre todo a las noticias sobre la minería, las están retocando e incluso censurando, criminalizando a los mineros… Los mineros son personas normales y corrientes. Ni son tan brutos ni tan agresivos, tienen sentimientos como todo el mundo. Es un oficio como otro cualquiera, es más en la mina hay gente con carreras universitarias. Por eso me sorprende de que exista tanta ignorancia. No todos son iguales. Pues las cadenas de televisión intentan poner a los mineros contra la sociedad.
Hay una serie de preguntas que me gustaría hacer: ¿Por qué no dan reportajes sobre los actos como marchas mineras con todo el apoyo popular, tanto de niños como de gente mayor, o de los encierros, como las mujeres de estos mineros tienen que sufrir la espera de sus maridos y las constantes preguntas de sus hijos pequeños? ¿Por qué siempre dan imágenes de mineros lanzando voladores o quemando ruedas, además de ser casi siempre las mismas? ¿Por qué no dan imágenes de los antidisturbios rompiendo espejos o las lunas de los coches, o tirando pelotas de goma en los pueblos contra las ventanas y delante de los niños? ¿Por qué siempre se habla de antidisturbios heridos y no se dan imágenes de los mineros heridos por el impacto de botes o pelotas de goma? En fin, podemos decir, en cuanto a esto que tenemos unas «puñeteras» televisiones de pena, véase TVE (exceptuando el canal 24H), Antena 3, Tele 5, La Sexta, Intereconomía, La Cuatro... sólo se libran las autonómicas y la prensa escrita de las comunidades. Gracias a todos y sobre todo a los de esta provincia, ya que están día a día en primera línea y detrás de la defensa de una información libre y plural incluso jugándose «el pellejo» por una buena causa. Por último decir a los mineros que respeten a la prensa ya que a veces es muy difícil hacer su trabajo bajo tanta tensión. Gracias.
Nostalgia de Ciñera
Primero pedirte perdón por este trato de proximidad afectiva, pues no me considero con ningún derecho. Aunque sería para mí un honor el poder llamarte amigo. Tengo mucho respeto a tu forma de vida, muy distinta a la que me tocó a mí o escogí con ilusión en mi trabajo sacerdotal. Es verdad que afectivamente siempre he querido estar cerca de tu mundo.
Y aunque por destino de la misma vida o decisión propia cambiara de forma y trabajo quedó en mí muy marcado ese mundo tuyo. Traté con ilusión de estar junto a vosotros y percibí la dureza de vuestro esfuerzo a la par que la ilusión y la entrega. El detalle de tratarse de un pueblo, Ciñera, el más poblado de la cuenca minera de León, con familias jóvenes, poblados de niños me reportó alegría y mucha ilusión. Recuerdo cientos de bautizos o primeras comuniones.
Tuve la oportunidad y la busqué, suerte que agradezco mucho, de acercarme un poco a la mina y conocí lo suficiente para ver vuestro trabajo, pienso que el más duro, y lo que arriesgabais por vuestra entrega y tesón con la imagen de vuestros hijos y familia en vuestra mente.
Digo que el trabajo más duro por el riesgo y la amenaza de esa fatal enfermedad minera, la silicosis, con recuerdos imborrables de amigos que la soportaban.
Estos días y es el motivo de mi carta, me ha golpeado el corazón al ver las calles de ese pueblo querido, Ciñera, agitadas y conmocionadas. De veras que no quiero aquí recurrir a la nostalgia de tantos años entre vosotros. Sinceramente quiero reconocer vuestro derecho a buscar un poco más de luz dentro de la oscuridad del trabajo en las entrañas de la tierra y rezar porque vuestro esfuerzo dé su merecido fruto.
Adjudicaciones de pastos en Palazuelo de Torío
La junta vecinal de Palazuelo de Torío, Ayuntamiento de Garrafe de Torío, presidida por María José Bravo Rodríguez, que a su vez es concejala de Hacienda y Personal por el PP ha protagonizado un hecho más propio de una película de ciencia ficción y no acorde con los tiempos que vivimos. Difícilmente se pueden hacer peor las cosas. La junta vecinal tiene en vigor ordenanzas que regulan el procedimiento para la adjudicación de sus pastos.
El 2 de junio publica un acuerdo (sin fecha) donde se comunica la subasta de los pastos (El Soto, El Sotico y Canalicas) destinados a explotación forestal y por tanto, se excluye al ganado caballar y caprino. La subasta se comunica para el día 15, jueves, es decir, no coinciden las fechas con los días.
El día 6, el vecino Francisco Méndez Flórez, presenta un escrito solicitando certificado donde conste día, hora y asistentes a la reunión de la junta vecinal la cual acordó la subasta. Se comunica a la presidenta que, el hecho de excluir ganado caballar y caprino discrimina a un vecino con quien, por ejemplo, tiene vacas, y que por tanto, impugnará tanto el acuerdo como la subasta.
El artículo 3 de las ordenanzas regula que para los vecinos que lo soliciten se les tiene que adjudicar lotes de pastos en función del ganado que posean. De no existir interés por los vecinos, los pastos se sacarán a subasta marcado precio de salida.
La junta vecinal no ha contestado a Francisco y además, lo han excluido del derecho que tiene para que su ganado paste en los pastizales comunales. Pero lo rocambolesco, se produce el pasado viernes cuando Francisco se persona en el lugar de la subasta y no acuden ni la presidenta y el vocal de la junta vecinal. Sí asiste doña Rosa Alonso Méndez, vocal de IU, que preside la reunión y el secretario, que «levanta acta» del atropello. La «subasta se autoadjudica» a la vocal de IU en la oposición, ya que es la única oferta permitida. ¡Todo un honorable logro! Señora presidenta de la junta vecinal, encamine y arregle este hecho caciquil, porque de lo contrario, será usted responsable directa de un atropello a un vecino para beneficiar a otro/a.