Diario de León
Publicado por
CÉSAR GAVELA
León

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He hablado en esta columna de todos los alcaldes de Ponferrada desde que uno tiene memoria política. De aquel don Luis García Ojeda, falangista bondadoso que hizo cuanto pudo por la ciudad, con los pocos medios de entonces. Y que hizo el viaducto. García Ojeda un día me cogió en Astorga, haciendo yo auto-stop. Fue aquella la primera vez que viajé en coche oficial y no daba crédito.

Luego vino don Celso López Gavela, hermano de mi madre. Es un hombre de vida ética, sabia y sencilla. Celso, primer alcalde democrático, revolucionó la historia de Ponferrada. Liberó a la urbe de las garras de la MSP, hizo posible la Rosaleda, fundó parques en las barriadas, canalizó el Sil. Y alentó la Casa de la Cultura y el palacio de Justicia, etc. Una labor histórica. Por cierto, la segunda y última vez que subí a un coche oficial fue al suyo, en el otoño de 1979. Le acompañé en un recorrido de hora y media.

Y he hablado de don Ismael Álvarez, alcalde también de mucho mérito, que soñó con una Ponferrada grande, moderna, bonita, resultona y ambiciosa. Una ciudad que casi no nos la creíamos cuando la verificábamos. Un burgo pujante, atrevido y prodigioso.

Y Carlos López Riesco, del que nunca he hablado y eso que lleva diez años en el cargo. Alcalde que, como sus antecesores, ama profundamente a la ciudad y es feliz en ese cargo tan crucial. En el empeño duro y admirable de lograr que Ponferrada siga siendo, cada día un poco más, un lugar estupendo para vivir y soñar, para crear y trabajar.

Y es que la nuestra, ahora, es una ciudad espléndida, lo que no era antaño. Además hemos vuelto a subir a segunda, algo que a muchas personas les parece pura anécdota, pero que no es así, afición aparte. Porque es ganar imagen y proyección.

Carlos López Riesco ha hecho una labor excelente y ha perfeccionado todas las líneas de trabajo abiertas por sus antecesores. Y se ha encontrado, ahora, con un PSOE razonable y constructivo que ha favorecido la vida cívica y política.

Ponferrada es una ciudad estupenda y esto nos parece un milagro a muchos que nacimos y nos criamos en otra urbe. Gris, brava y primitiva, aunque con el encanto de la vida pura, de las niñas guapas, de los hombrones que parecían un cuento de miedo o de aventura. Con tantas personas que ya se fueron.

Carlos López Riesco ha demostrado hace días, una vez más, su temple y su saber estar; su compromiso. Su obrar un poco por encima de su partido, lo que le honra. Su partido es la ciudad y sus barrios y pueblos, se le nota mucho y hace bien. Y sabe que Ponferrada tiene siempre un reto principal, por encima de todos, y por mucha crisis que venga: el reto de la cultura. Una ciudad culta, universalista, abierta y creativa. Esa es la ruta, esa es la clave.

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