editorial
Un doloroso revés para las cuentas municipales
Vive en un continuo sobresalto el Ayuntamiento de León, que en relación con sus cuentas alterna buenas y malas noticias. Si la mala era hace un par de días la obligación que tendrá que hacer frente a la devolución de 12,8 millones de euros al Ministerio de Hacienda por el desajuste en el cálculo y lo que recibió por los tributos y la liquidación final, la buena, o al menos la menos mala, de ayer es que el gobierno municipal ha conseguido reducir a la mitad, 540.000 euros, el pago a la empresa organizadora del máster de tenis del año 2004 que, con Rafa Nadal en el cartel, finalmente no llegó a disputarse.
La del torneo que llegó a ser es una historia rocambolesca que pone al descubierto las veleidades de nuestra clase política. Contratado por el entonces alcalde, el socialista Francisco Fernández, que gobernaba con el respaldo de los leonesistas, fue finalmente suspendido por el equipo de Mario Amilivia —«era un capricho personal de Fernández», se argumentó—, de nuevo en la alcaldía con el apoyo de la UPL tras romper con el PSOE.
Una sentencia de mayo del 2010, de nuevo con el PSOE en el gobierno con el respaldo leonesista, obligaba a pagar más de medio millón de euros, además de las costas y los intereses de demora.
Ocho años después, aquel ejercicio de irresponsabilidad política supone una nueva zancadilla en los esfuerzos del Ayuntamiento por normalizar la situación, de la que es pagano quien gobierna con estrecheces, pero de la que sobre todo son víctimas los atónitos ciudadanos.