Diario de León
León

Creado:

Actualizado:

López Benito se dio a la política cuando acertó a explicarle a Cecilio Vallejo que si fino para la electricidad era Amilivia, para poner farolas no había nadie como él. Luego llegó el destierro, que en León, como en Lusitania, las traiciones se pagan a pelo de conejo.

Hay cosas que están escritas en el destino; y el del Yiyo, como le conocen afables sus compañeros de partido, se cumplió a la segunda intentona, cuando el portavoz del gobierno municipal del PP acabó de hacerle la cama a Reyero y completó la conquista de la concejalía de Deportes, para la que se había anunciado en medios de comunicación afines la misma noche en la que Gutiérrez arrasó en las urnas. Cuando alcanzó el sillón que permite manejar el deporte leonés por la sartén de las subvenciones, ya puso ojitos de querer pasarse por la piedra a Baloncesto León; tan efusivo se le vio que, en alguna conversación profunda de esas que los políticos creen que no trasciende de la estancia donde hablan mientras las palabras se escurren por el entresijo del ascensor y las cañerías del sótano, llegó a confesar que en el caso de haber mangoneado en el presupuesto de la campaña anterior la mortaja para el club que heredó el brote social del Elosúa se habría encargado antes del turrón.

López Benito se ha llevado por delante a Baloncesto León con el mismo criterio por el que permite a unos señores colocar publicidad gratuita de una marca belga en un campo de fútbol que les costó un riñón y parte del otro a los contribuyentes que pagan tributos al Ayuntamiento de León; chiringuito, además, que tiene un coste de mantenimiento de 80 millones de pesetas al año, que tampoco paga de su bolso el concejal de la cosa.

Yiyo sobrevivió al olvido en Gordoncillo mientras se pegaba a la sombra de Carrasco. Le duró lo que tardó la presidenta de la Diputación en desengañarse del perfil de aquel diputado. Carrasco vive más tranquila sin López Benito en el Palacio de los Guzmanes. Ahora, el problema lo tiene Gutiérrez, al que se le ha aparecido un concejal desatado en la planta sexta de Ordoño II. Mientras resuelve el alcalde, cabe cualquier conjetura. Hasta la del portavoz municipal pertrechado con gorra y gafas oscuras en una media maratón inscrito bajo una identidad falsa, como Zapatero; nada extraño con la afición que le ha cogido a eso de las carrerinas.

tracking