Menores, alcoholismo y responsabilidad social
El consumo de alcohol entre los menores ha crecido un 30% desde el inicio de la crisis económica. Es la alerta que lanza el presidente de Proyecto Hombre en León, que al tiempo advierte que, paradójicamente, desde entonces han descendido en dos puntos las adhesiones de menores de 21 años al programa terapéutico que el colectivo desarrolla en León y Ponferrada bajo la referencia de Proyecto Joven.
Atribuye Proyecto Hombre ese aumento en el consumo de bebibas alcohólicas fundamentalmente a dos factores: los jóvenes vinculan diversión a esa adicción y otros sustancias y a que «la gente está más desesperada».
Si los dos motivos son inquietantes —cabe recordar con bastante tristeza que el macrobotellón del río fue la actividad de mayor éxito de las fiestas de León—, quizá el segundo merezca, desde una postura de comprensión, que no de justificación, una reflexión más profunda en cuanto a las responsabilidades de esa situación. Las responsabilidad políticas por parte de quienes la ejercen, pero también sociales. Uno de cada cuatro jóvenes menores de 26 años está en el paro y tiene muy escasas expectativas de encontrar trabajo en los próximos años.
Eso le ocurre a la generación más preparada que ha tenido este país, sometida ahora al reiterado hachazo de la justicia social y ese «¡que se jodan!» escupido en el Congreso cuando Rajoy anunciaba recortes en las míseras prestaciones por el paro. A veces ofenden más las palabras que los hechos.