Las buenas costumbres de Álvarez

De vuelta en su actividad profesional que durante muchos años desarrolló en Carrizo de la Ribera y ahora ejerce en un instituto de la capital, el ex subdelegado del Gobierno, que siempre desarrolló su tarea con discreción y eficiencia, no parece sentir nostalgia de su paso por la política, a la que sobre todos prestó dedicación como alcalde de su pueblo, Santa Marina del Rey. Es la época de la que guarda mejores recuerdos. Él y los vecinos del municipio.

Candidato del sector crítico a la secretaría provincial del PSOE, la derrota de Francisco Álvarez en la lucha con los oficialistas cerró ese paréntesis en la actividad docente, que acaba de retomar con ilusión y con absoluta normalidad. Tanta que incluso ha mantenido algunos de sus hábitos diarios. Pese a desarrollar su labor profesional y su vida en otras zonas de la ciudad, con frecuencia, sobre todo a la hora del aperitivo, se le ve en el entorno de la Subdelegación del Gobierno, paseando por las calles, saludando a unos y otros o acomodado en la terraza de alguna cafetería sosteniendo una larga y tranquila conversación con algunas de las muchas personas con las que estableció relación en su época de más

relevante actividad pública.