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Publicado por
pedro vicente
León

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Con la mitad de las autonomías al borde del rescate financiero, en Castilla y León se mantiene suspendido en el aire el guante lanzado por el presidente de la Junta durante el pasado debate sobre el estado de la comunidad. A saber, un pacto sobre la sostenibilidad de los servicios públicos esenciales (básicamente Sanidad, Educación y la asistencia social) que conllevaría una subida de los impuestos autonómicos a partir del 1 de enero del 2013.

Es muy frecuente que Juan Vicente Herrera adorne sus discursos parlamentarios con ofertas de pactos de comunidad que después resultan ser meros brindis al sol, sin que el propio gobierno autonómico se moleste absolutamente nada en intentar negociarlos. Sin ir más lejos es lo que pasó con el pacto, no ya para la sostenibilidad, sino para el blindaje de esos mismos servicios esenciales, contenido en su último discurso de investidura. Sin embargo, en esta ocasión parece existir voluntad política. El pacto ahora planteado sería muy rentable para la Junta, por cuanto, de alcanzarse, además de amortiguar los efectos de los nuevos recortes sociales a los que podemos seguir abocados, diluiría políticamente el coste de las medidas tributarias que lo acompañarían.

A priori, la posibilidad de acuerdo no es imposible, ya que tanto el PSOE como IU llevan tiempo proponiendo ciertas subidas de impuestos autonómicos que palíen el desplome de la recaudación propia y con ello el duro ajuste presupuestario que viene aplicando la Junta. La cuestión a dirimir es hasta dónde pueden converger el gobierno Herrera y la oposición en esa revisión de la cesta de impuestos de la comunidad autónoma. La Junta parece dispuesta a revisar casi todas sus figuras tributarias, sin excluir la posibilidad de implantar alguna nueva (pendiente está la que gravaría la producción de energía nuclear). Y ya puestos, constatados sus nefastos y contraproducentes efectos, tampoco estaría de más suprimir el centimazo sanitario, lo cual de paso compensaría algo el sacrificio solicitado a los sufridos contribuyentes.

Está por ver también si esa eventual recuperación de los ingresos ofrece margen además para implementar el Plan de Estímulo al Crecimiento que también viene ofertando el presidente Herrera. En este punto sería muy oportuno algún que otro tijeretazo en el gasto público, pero no en el social o inversor, sino en el mucho gasto corriente improductivo que sigue anidando en el Presupuesto de la Comunidad, mayormente en ese entramado de entes, sociedades y fundaciones que tanto se resiste la Junta a desmontar. El triplete de pactos ofertado por Herrera se completaba con otro sobre la ordenación del territorio, pero de ese asunto, visto el guirigay en que se ha convertido, tendremos que hablar otro día.