TRIBUNA
En defensa de la Diputación
En la actual situación de gravísima crisis económica que afecta a la sociedad española, el Partido Popular ha adoptado algunas medidas restrictivas del gasto y de incremento de los ingresos, para paliar el déficit galopante de las arcas públicas que cercena no solo la inversión sino también la posibilidad de pago razonable de la deuda. No cabe ya duda que las medidas de incremento de los ingresos vía subida de impuestos ha sido impuesta por la Comunidad Europea sin que el Gobierno español haya puesto objeción alguna, y que la más peligrosa subida es la del IVA no sólo por lo que ello supone de subida fácil impositiva, que ha hecho sucumbir a la tentación a un Partido Popular, que vociferaba en campaña electoral que no subiría el IVA, sino porque ello incrementa la reducción y retracción del gasto de los ciudadanos.
Para entender la actual situación económica y las posibles soluciones no hay nada mejor que el símil de la economía familiar que, lamentablemente, muchos conocerán: si gastas más de lo que ingresas tendrás déficit y no llegarás a fin de mes. ¿Por dónde atajar el déficit? Pues tan sencillo como gastar menos.
Propuestas más sencillas que servirían para dignificar la vida política, la credibilidad en los políticos, en los gobiernos y en definitiva en la estabilidad de nuestra democracia:
Reducción a la mitad del número de diputados, diputados autonómicos y provinciales, porque con las férreas disciplinas de voto resulta baladí mayor número de representantes, así como de los eurodiputados (¿A que nadie se acuerda de ellos?).
Reducción a un único senador por provincia. En este caso no considero la supresión del Senado porque realiza una labor de reflexión y moderación de las leyes aprobadas en el Congreso y permite, antes de su promulgación, corregir los dislates cometidos en el Congreso.
En este punto resulta curioso que la única propuesta del Gobierno del Partido Popular sea la reducción en un 30% del número de concejales cuando la inmensa mayoría de los concejales de los ayuntamientos de España, nada perciben y realizan una loable labor que resulta ser, junto con las juntas vecinales que también pretenden suprimir, la administración más cercana al ciudadano.
Supresión del complemento de pensión de ministros y diputados y de la indemnización por cese de actividad. Que su cotización tenga el mismo valor que la del resto de los trabajadores de este país.
Supresión de gastos inútiles y demagógicos como los traductores del Senado.
Supresión por Ley de los puestos pingüemente remunerados de consejeros (¿De qué?) en toda las administraciones públicas.
Reducción de las remuneraciones totales de diputados y senadores en la misma proporción y medida que la de los empleados públicos.
Supresión de vehículos oficiales a menos de la mitad y que vayan en su coche como cualquier ciudadano y se le paga como a cualquier empleado el kilometraje (como ejemplo, el esperpento de actos oficiales a los que cada consejero de la Junta de Castilla y León aparece con su coche oficial con conductor cuando podrían ir en uno solo se repite con habitualidad).
Supresión gradual pero inexorable hasta su extinción en tres años de las asignaciones a sindicatos y partidos, para así llegar a las próximas elecciones donde cada partido tenga que financiar con sus fondos propios sus campañas y no provocar un gasto ingente al Estado. Que cada palo aguante su vela.
Exigencia a la banca para que los macrocréditos recibidos en condiciones ventajosísimas se destinen al crédito al consumo, a las hipotecas. Si no fluye el dinero no hay consumo y las empresas no venden y de la crisis no se sale.
Dejo para el final la supresión de organismos inútiles o que pueden ser gestionados por el Estado evitando que cada comunidad autónoma tenga uno, como el Consejo Consultivo o el Defensor del Común, así como la asunción de competencias como Educación, Sanidad y Justicia que evitaría la existencia en cada comunidad autónoma de las respectivas consejerías. Esto podría ser el paso previo a la supresión de las propias comunidades autónomas.
Parece que nadie pensó en serio qué hacer con las diputaciones provinciales en el momento de redactar la vigente Constitución, como tampoco se tuvo en cuenta la capacidad expansiva del sistema autonómico que la Constitución preveía. Curiosamente la única región histórica que no se le permitió acceder a la autonomía por imposición de Martin Vila y adláteres fue la Región Leonesa. Sólo a partir de 1925 con la reforma municipal, las diputaciones provinciales, y por tanto las provincias, se configuraron como una auténtica administración local con autonomía. Las diputaciones sirvieron para dotar a las provincias de cierta autonomía, articular el territorio y ayudar a los municipios, además de convertirse en muchas ocasiones en la voz de la provincia frente al poder central. En gran medida, son las instituciones las que mantienen la personalidad de los territorios, si hoy, desapareciese la Diputación Provincial sería el camino más directo para que León se diluyese en la macroautonomía de Castilla y León. Por tanto, desde UPL se suscribe, por la mayoría de nuestros militantes, simpatizantes y votantes, las medidas antes relacionadas para una mejor y más barata administración del Estado en esta época de crisis, al mismo tiempo que abogamos por la supresión de las comunidades autónomas para fortalecer con competencias específicas a nuestra Diputación como administración que represente, administre y de unidad a León. Esto no supone ningún cambio copernicano de los objetivos de UPL porque en la actual existencia y continuación de las comunidades autónomas seguimos abogando por la Autonomía de la Región Leonesa, pero en la supresión de las comunidades, en mi opinión personal, y a través de la Diputación Provincial, llegaríamos a una autonomía uniprovincial, que no estaría reñida en la posterior unión con el resto de la Región leonesa, Zamora y Salamanca, para optimizar servicios y defensa de la Región leonesa. Sería un suicidio para León que desapareciese la Diputación que esperamos que aproveche el aniversario de 1813 para recordar su Historia.