El recorte de Feve pone en duda la línea a Bilbao

La decisión de Feve de suprimir cinco de las siete frecuencias semanales de su enlace ferroviario entre León a Bilbao amenaza seriamente el futuro de esta centenaria vía abierta a través de un línea que tiene sus orígenes en la explotación del carbón. La compañía ferroviaria, que próximamente se fusionará con Renfe según los planes gubernamentales, achaca su decisión a la escasa afluencia de viajeros. Desde el 1 de octubre, al menos hasta mayo, el tren sólo circulará los viernes y los domingos.

Desde el comité de empresa han alzado la voz de alarma. Consideran que es el principio del fin porque una línea así no se mantiene. Aseguran que nadie garantiza la seguridad en una línea después de cinco días en los que no pasado por ella ningún tren y que se perderán aún más viajeros, porque cuando opten por alternativas difícilmente volverán a emplear el tren de Feve.

De nuevo aparece el conflicto de los recortes, y surge la duda de hasta qué punto se pueden mantener activas infraestructuras deficitarias. Pero para León la línea férrea hasta Bilbao y más tras las inversiones realizadas no hace tanto tiempo para su puesta al día supone una oportunidad y también es un eje vertebrador para la montaña, aunque en este caso no se pongan en cuestión los trenes de León a Cistierna.

La decisión de Feve nada tiene que ver con el proyecto de tranvía de la ciudad de León pero si abre un interrogante sobre el futuro de la línea desde Cistierna y Guardo hacia Bilbao.