La formación cierra puertas a los jóvenes

Los jóvenes constituyen el sector de la población más vulnerables a los ciclos económicos adversos, a lo que se añade que la tasa de paro juvenil siempre ha sido superior a la de la media de España. En el 2008 los jóvenes de 16 a 30 años registraban una tasa de paro del 17,6% frente al 11,3% del total de la población española. Con la la crisis esta diferencia se ha intensificado y cuatro años más tarde la tasa de paro juvenil se incrementó en más de diez puntos, alcanzando una tasa del 37,9% en el primer trimestre del 2012 frente al 24,4% del conjunto nacional.

Nuestros jóvenes son cada vez menos optimistas respecto a la situación del mercado laboral. El 44% de los que dejan de forma voluntaria el trabajo vuelven a estudiar como estrategia frente a la crisis.

Pero con la universidad saturada y lejos de ofrecer garantías, la Formación Profesional se revela como la mejor alternativa. Tanto que la demanda de plazas en León prácticamente se ha duplicado en un año, hasta el punto de que casi el 60% de los aspirantes, exactamente 466, se han quedado fuera de la primera adjudicación.

Ahora resulta que no sólo no podemos ofrecer trabajo a la generación de jóvenes más preparada que jamás haya tenido este país, sino que ni siquiera podemos darles formación. Es dramático ver cómo por esta vía y por las fronteras se pierde nuestro mejor capital humano: jóvenes cargados de títulos académicos, con másteres y con idiomas en su currículo a ver si allá donde recalen encuentran mejores oportunidades.