PANORAMA
Un referéndum imprescindible
Los grandes sacrificios exigen consenso; tienen que estar de acuerdo quienes sufren los recortes y tienen que tener la posibilidad de manifestarse sobre ellos.
La democracia no es un contrato en blanco. Exige un compromiso renovable y renovado entre los representantes y los representados. La democracia pierde legitimidad cuando el contenido del pacto se cambia sin que quienes ejercieron en voto dieran su conformidad. ¿Qué ocurre cuando los representantes hacen justamente lo contrario de lo que habían prometido? Las mochilas y los cuadernos escolares tributarán en septiembre al 21 por ciento. No hay becas para el comedor y los colegios quieren cobrar por calentar la comida de los niños. Hemos vuelto a los tiempos de la fiambrera. Las madres, además de sufrir el paro, no tienen guarderías y tienen que preparar la comida para que los niños la lleven al colegio.
El sistema de vida de la mayor parte de los ciudadanos ha viajado en el tiempo. Ese desplazamiento exige muchas explicaciones y la aceptación de quienes lo sufren.
Los dirigentes sindicales han seguido su peregrinación visitando al rey don Juan Carlos para explicarle cómo ven las cosas. Y para manifestarle su deseo irrenunciable de que se celebre una consulta popular para que el consenso entre los dirigentes y los ciudadanos se reactive.
Solo así al sistema que tenemos podremos seguirle llamando democracia.