LA VELETA
Entre la prima y el supermercado
Tiene que ser la ola de calor. No encuentro otra explicación posible no ya a los hechos protagonizados por Sánchez Gordillo y los suyos, ni tan siquiera al anuncio tranquilo del pintoresco alcalde de Marinaleda sobre sus próximas hazañas, es decir delitos, de ocupar más fincas, entidades bancarias y/o supermercados a ser posible sin zarandear cajeras. A lo que no encuentro explicación —salvo la ola de calor, ya digo— es a la actitud de Llamazares o del mismísimo vicepresidente de la Junta de Andalucía don Diego Valderas. Es que se supone que este es un país civilizado con instituciones que garantizan el orden la seguridad y la justicia, que los señores y las señoras que son elegidos por el pueblo para que sean sus representantes, asumen una seria de principios a los que ni deben ni pueden renunciar, que los sindicatos legalmente constituidos se comprometen a respetar las leyes y a nadie se le ocurre —a nadie que esté dentro del sistema democrático que es un estado de derecho— tomarse la justicia por su mano y decidir lo que está bien y lo que está mal por muy ejemplarizante que pueda parecer.
Pues bien, dejando al margen a Gordillo cuya tragedia es que tuvo su momento y no se ha dado cuenta de lo que ha llovido mucho desde entonces, llega el señor Llamazares y tras el robo con fuerza de dos supermercados asegura sin ningún rubor que el Código Penal «justifica» este tipo de acciones «en situaciones dramáticas» para añadir después que la reacción que ha generado el asalto es, a su entender, «exagerada» y que serán los tribunales quienes decidan o no si ha sido un acto «afortunado o desafortunado». A ver, señor diputado Llamazares: los tribunales no decides si los hechos son o no «afortunados» sino si hay delito o no hay delito. ¿Reacción exagerada? Bueno, lea usted todo lo que la prensa extranjera ha escrito y no creo que los medios de por ahí estén al servicio de la derecha española.
Y le llega el turno al vicepresidente de la Junta de Andalucía, que como Llamazares y Gordillo, milita en IU y es además su coordinador general en Andalucía. Pues Diego Valderas, ha restado importancia al asalto y ha defendido el valor «simbólico» de estos actos.
He empezado con la pequeña broma de la ola de calor, pero estos hechos y los que se permite anunciar para un futuro Gordillo, esta complacencia de sus correligionarios, este espectáculo lamentable y esas frases de pastiche, todo esto, digo, me acoquina como ciudadano que aun cree que las cosas no se resuelven ocupando supermercados. Y me acoquina aun más que Gordillo, que lleva toda la vida metido en política, diga que lo que pretendía con su acción era «quitar la atención sobre la prima de riesgo y ponerla en aquellas cuestiones que preocupan de verdad». O sea, que lo de la prima de riesgo es una bobada que no tiene nada que ver con los problemas reales de los andaluces y los españoles. Qué visión, compañero.