AL TRASLUZ
De los hobbits
Voy con asiduidad a la Biblioteca Pública de León. Últimamente hay carteles reivindicativos en sus puertas, escuetos y claros como diálogos de un cuento de Hemingway. Se oponen a los recortes. Habrá quien crea que estos centros son, en medio de la crisis, meras islas lejanas. Pero ¿acaso no son éstas las que nos salvan en el naufragio? En medio de la actual jerarquía entre tener y no tener dinero y/o empleo permiten que nadie que lo desee se quede sin la luz que desprenden las páginas de, pongamos por caso, «El señor de los Anillos», porque no tenga medios para adquirirlo; o sin conocer los clásicos del cine, o sin disfrutar con Mozart, o sin conocer las obras maestras del cómic. Precisamente porque estamos en crisis, las administraciones tienen que reforzar sus bibliotecas, pues las grandes soluciones a los problemas que a todos nos afectan siempre provienen de personas que han leído y leen, que miraron y miran, que escucharon y aún escuchan… El pasado viernes saque la película «Grupo salvaje», de Peckinpah, necesitaba reencontrarme con un maestro. Me emocioné de nuevo con esta historia de perdedores con redaños, con sus carcajadas épico cósmicas, con «La golondrina», la canción mexicana que recorre la película: «También yo estoy en la región perdido/ y, oh cielos santo, sin poder volar». Vuelves a los clásicos —no importa el género— y sientes que también ellos han vuelto a ti. Asimismo, cogí el libro de Beevor sobre la guerra civil española.
Y qué fascinante ese rastro de los anteriores usuarios, estampado en tinta morada sobre la hoja de entrega. Sí, estas bibliotecas garantizan la igualdad de oportunidades en el acceso a la cultura, hacen menos discriminatorias las diferencias por poder adquisitivo. ¿Recortar sus presupuestos? Al contrario, es ahora cuando hay que aumentarlos, para que el saber no se detenga. A la crisis también se la gana así: leyendo, viendo, escuchando.
Es en las desperdigadas islas de este océano de experiencias en donde habita lo que nos salva. Comprendo las austeridades en el gasto público, pero pido que se jerarquicen correctamente. Porque es de ese hobbit que entra en una biblioteca de quienes podemos esperar la salvación de la Tierra Media.