La opinión del lector
Agradecimiento de la familia de Marcos Acebes
La familia del joven Marcos Acebes Ramos quiere mostrar su más sincero agradecimiento a todas las instituciones y personas que intervinieron de una u otra forma en los acontecimiento sucedidos, que dieron como resultado el luctuoso hecho del fallecimiento de nuestro hijo. En especial a los miembros de la Policía Local y personal sanitairo del Centro de Salud de Astorga, al servicio de ambulancias y médicos y enfemeras de la UCI del Hospital Universitario de León. También hacer extensivo este agradecimiento a la corporación municipal de Astorga, en especial a su alcaldesa por el interés mostrado.
Mercedes Ramos Vélez. SAN CRISTÓBAL DE LA POLANTERA
Vacas gordas y vacas flacas
En estos momentos que vivimos, acude a mi memoria cierto sueño de un pasaje bíblico relativo a las épocas de abundancia y a las de escasez, con las correspondientes recomendaciones del que lo interpretó: ahorrar y guardar en los periodos de vacas gordas para poder subsistir en los de vacas flacas. Indiscutiblemente, estamos en los años de las vacas flacas y seguramente, aún en sus inicios. Sin embargo, sus efectos ya están dejándose notar, dramáticamente, en la mayor parte de nuestra sociedad.
Vivimos en un país con abundantes recursos naturales: tierras fértiles surcadas por ríos y lagos, algunos minerales en sus entrañas y rodeadas de mares plagados de vida. A pesar de todo, la crisis impera.
¿Dónde está la riqueza que con tanto sudor se genera? Quizás tenga bastante que ver con esa obsesión de que lo nuestro no vale o sale caro. Ejemplos de ello no faltan: Centrales térmicas a medio funcionar y quemando carbón extranjero, pero las tarifas eléctricas cada vez más altas. Agricultores que se ven abocados a casi regalar los frutos de su trabajo y cuando el consumidor quiere hacerse con ellos, debe pagarlos bien caros.
Bancos que denominan activos tóxicos a lo que para muchas familias son activos de primera necesidad.
Compañías telefónicas que nos pasan elevadas facturas todos los meses y cierran sus empresas aquí para llevarlas a lugares donde los salarios son ridículos, aumentando así sus ganancias.
Administraciones públicas que realizan construcciones faraónicas e inútiles, sabiendo que siempre serán deficitarias.
Numerosos profesionales cualificados, formados aquí, que se ven obligados a emigrar. Funcionarios públicos desanimados ante los intentos de hacerles creer que ellos también forman parte del problema...
Un país tan soleado y alegre como el nuestro, ¿por qué tiene gestores tan fúnebres e ineficaces?
En vista de ello, más nos valdría tener un buen interpretador de sueños que nos proporcionara consejos dictados desde el sentido común y buen criterio.
Me da la impresión de que en las épocas de bonanza económica, los que más tienen se hacen con mucho más y los que menos tienen consiguen muy poco. Sin embargo, en las vacas flacas los ricos siguen siéndolo, mientras que mucha gente puede acabar en la miseria.
De todos modos, esperemos que algún día las arcas se equilibren, en la riqueza material como debe ser, pero sin olvidarnos de los valores humanos, facilitadores de mayor felicidad.
Luis Fernández Terrón. ASTORGA