El retraso del acceso Sur es injustificable

El acceso Sur, una promesa del primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, nació ya con retrasó porque no se adjudicó hasta cuatro años después: en enero del 2008.

Su anuncio, en aquel famoso Consejo de Ministros de julio del 2004, se hizo bajo la idea de salvar el aislamiento que León sufría con la autovía León-Benavente y la de Burgos, ya que ninguna conectaba directamente con la ciudad. Hoy, ocho años después, la capital leonesa sigue sin tener una conexión directa con las dos autovías que le dan salida a Madrid, la A-60, y al Norte, la A-231.

Esta infraestructura, que en otras capitales se realiza prácticamente a la vez que las autovías, tuvo que ver cómo pasaban cuatro años hasta que se adjudicó, por un periodo superior a los 30 meses, mucho más de lo que viene siendo habitual, pero ni por esas.

Ahora, los leoneses ven cómo el acceso Sur, cuyas obras ya se ven en las afueras de la capital, vuelve a pararse, esta vez porque no hay más dinero y las empresas adjudicatarias están asfixiadas por los impagos de Fomento. Cuatro millones son los que se necesitan para su remate. Y, precisamente, esa pírrica cantidad es lo que hace aún más sorprendente su parón. No se trata de hacer comparaciones, pero resulta extraño que mientras Fomento mete más de 1.700 millones al AVE a Galicia no tenga ni siquiera cuatro para el acceso Sur. Cuyo retraso, en su fase final de ejecución, es ahora más injustificable que nunca.