LA VELETA
Confesiones desde la impotencia
Rajoy no ha podido cumplir sus promesas sorprendido por la realidad. No da mucha confianza esa declaración que pretende ser exculpatoria.
¿De verdad no sabía cómo estaban las cosas cuando prometió justo lo contrario de lo que está haciendo?
Primera pregunta: ¿De qué vale un contrato electoral si la realidad que se desconoce por ignorancia o negligencia permite hacer justo lo que está en las antípodas de lo que se prometió?
Segunda pregunta: Si admitimos que eso fue como dice el presidente del Gobierno, ¿no toca convocar elecciones para ver si los ciudadanos revalidan sus proyectos contradictorios con sus promesas? ¿O, por lo menos, un referéndum consultivo?
Tercera pregunta: Si lo inevitable determina la política, ¿para qué sirve designar a alguien que no tiene autonomía frente a los acontecimientos?
Lo que está haciendo Rajoy y en concordancia con lo que dice es lo mismo que hace un mal pagador. Siempre encuentra excusas para no devolver lo que debe.
Y lo que está secuestrado es la Democracia y la dignidad de los ciudadanos.
Lo peor de todo es que no es cierto lo que dice: no actúa así por imposición de la realidad, sino por su interpretación de lo que la realidad le dicta y además conviene a las clases más poderosas de la sociedad.
La soberanía no se secuestra por los acontecimientos; la sociedad es libre incluso de equivocarse. Las certezas encubren autoritarismos.
Como yo sé lo que conviene según mis criterios, puedo hacer lo contrario de lo que los ciudadanos me encargaran que hiciera. Es el fin de la política y el fin de la Democracia.
Europa está destruyendo el sur con una guerra económica. El abismo hace imposible la continuidad del Euro en condiciones de dignidad para los ciudadanos del sur de Europa. Y si Merkel no reacciona, habrá que reaccionar contra Merkel para que asuma su responsabilidad de destrucción del proyecto europeo.