Lo legítimo pasa porque Llorente entregue el acta

Matías Llorente debería entregar su acta de diputado provincial al PSOE. Eso es lo legítimo y lo justo después de que haya decidido abandonar la disciplina del partido. En otros cargos la elección surge de una votación directa y quizás existan más dudas pero el peculiar sistema de las diputaciones provinciales hace que su cargo proceda de una lista elaborada por el PSOE y votada por los propios concejales de este partido.

El acta en las diputaciones es claramente un producto de las siglas, que fueron las que lograron los apoyos necesarios en las municipales para obtener los sillones en el Palacio de los Guzmanes y las que a través de un procedimiento interno decidieron quiénes serían los representantes del PSOE por el partido judicial de León.

Es verdad que la ley española ampara que en una situación como la que vive Matías Llorente pueda conservar su acta pero el asunto debe abordarse también desde el punto de la legitimidad y ahí las cosas están claras. Ni con los votos obtenidos en Cabreros del Río —donde es alcalde— ni por el resto de listas en otros municipios que son afines a su sindicato agrario Ugal-UPA habría obtenido representación en la Diputación. Por todo ello el acta es legítimamente de los concejales del PSOE del partido judicial de León. Ellos fueron los que votaron una lista en la que fue incluido Llorente y que precisamente elaboró el sector oficialista.

La ley le ampara pero erróneamente. Es un caso clarísimo de que el sistema necesita mejoras.