Me rebelo pero ni olvido ni perdono

Hace unos días tuve la tremenda desgracia de escuchar al alcalde de León, Emilio Gutierrez, hablando de absolutamente nada. El Ayuntamiento de León sigue sin asimilar la realidad en la que vive, sigue sin ver el pozo sin fondo en el que se encuentra el municipio y su provincia, sigue sin plantear absolutamente ninguna alternativa a las políticas sustentadas por el Partido Popular y de las que Isabel Carrasco es adalid.

En nuestro municipio lo peor está por llegar, llegará la no paga extraordinaria de los funcionarios públicos, llegará el fusilamiento de un sector estratégico como es la minería que proporciona uno de cada cinco euros que transitan por la provincia y la capital y llegará, más temprano que tarde el recorte de las pensiones de este geriátrico en el que el Partido Popular pretende convertir a la ciudad de León.

La pregunta al señor alcalde es sencilla: ¿De que pretende el Partido Popular que vivamos los leoneses y leonesas, acaso del aire? ¿Tiene el señor Emilio alguna alternativa, por peregrina que sea, para sacarnos del pozo?

A mí, realmente me da muchísimo vértigo, además de mi posicionamiento político, soy un parado y no creo que de corta duración. En esta ciudad no veo perspectiva alguna incluso después de casi veinte años en la hostelería.

Un sector denostado y maltratado en esta ciudad, la única coyuntura a la que agarrarse ante la tormenta desatada por el gobierno para esta provincia. Un sector que está pasando en solitario y sin cooperación ni municipal, ni provincial, por el peor de sus momentos. Carente de inversiones ni publicidad, carente de una mínima política turística eficiente y carente, muy importante, de ningún plan de formación o especialización propio.

Por no hablar de las soluciones planteadas tipo mercado elitista en el Mercado de Conde Luna, que todos sabemos a quién favorecerán, o el hachazo a la enseñanza y la sanidad públicas que, en esta ciudad, todos sabemos a quién favorecerán. Todos estómagos agradecidos todos sabemos de quién. ¡Basta de comentar quién sabe quien!, si lo sabemos todos…

A este panorama se suman un reguero de despidos y EREs favorecidos por la reforma laboral del Gobierno, así como la desarticulación del poco tejido industrial que dejó en pié el anterior gobierno de nuestro desaparecido Zapatero. Y yo me pregunto ¿qué van a hacer de sus vidas los jóvenes que nos quedan, qué vamos a hacer los que ya no somos tan jóvenes, emigrar? Yo no Emilio, yo no Isabel, yo no Juan Vicente, ¡Yo no Mariano!

Yo he tomado la determinación de quedarme en la ciudad que me vió nacer y resistir, pero no resistir impasible y formal, quejándome frente a la barra de un bar o, ya que no me queda un euro, en la mesa que tendré que pedir que llene a mi madre jubilada. Resistiré en la calle y lo haré cargado de fuerza y de razones, razones obvias y fuerza contenida por años y, ya casi desconocida. Una fuerza que despertó en plena campaña de las municipales del 2011 con el movimiento 15 M y que tomó toda su energía con la ejemplar lucha de los mineros. Una fuerza que se reafirma cada vez que un conciudadano o conciudadana salen a la calle a mi lado.

Esa Fuerza señor Emilio, señora Isabel, señor Juan Vicente y Señor Mariano no la van a parar y, desde mi León seremos un engranaje más, pero fundamental que desnude sus vergüenzas, termine con sus mentiras y devuelva a la ciudadanía el mayor de sus derechos, el derecho a soñar con un mañana que ustedes pretenden robarnos. Por todo ello yo me rebelo y, estoy seguro, que miles de leoneses y leonesas nos rebelamos contra su condena a emigrar, esta ciudad merece la pena, esta provincia merece la pena, el futuro de todas y todos merecen mi rebeldía.

Conozco, perdón, no tomaré a nadie por ignorante, conocemos a los responsables y a los que saldrán ganando y a ellos y ellas recuerdo, si se muere mi pueblo, me rebelo pero ni olvido ni perdono…