EL CORRO
Baronías de por libre
Entre las muchas cosas de que presumía antes el PP, estaba la de mantener un discurso único en todas las comunidades autónomas. Y será que Rajoy bastante tiene con preocuparse de edulcorar el rescate al que está abocada España, pero el hecho es que algunos de sus más conspicuos barones territoriales van cada vez más de por libre.
Excluyo del grupo a Esperanza Aguirre, que hace tiempo asumió encantada el rol de verso suelto que otrora fuera Ruiz Gallardón, su antigua bestia negra. La lideresa madrileña come aparte. Lo sorprendente es que estos desmarques vengan de presidentes autonómicos que nunca se habían salido de la linde y roza lo inaudito que corran a cargo —en su condición de presidenta de Castilla-La Mancha— de la propia secretaria general del PP, Dolores de Cospedal.
Incluso el prudente y disciplinado Juan Vicente Herrera se ha permitido amagar, que así ha de interpretarse la abstención de Castilla y León en el Consejo de Política Fiscal y Financiera celebrado a mediados de julio. Simple amago, ya que, llamado después al orden por el propio Rajoy, Herrera rectificó y la Junta regresó al aprisco que pastorea el ministro Montoro. Igualmente dio marcha atrás en ese conato de rebelión Extremadura, que también se había abstenido contra el límite de déficit autonómico fijado para el 2013. Sin embargo, el presidente extremeño, José Antonio Monago, ha vuelto a sacar los pies del tiesto, plantándose ahora contra el IVA cultural, cuya desorbitada subida quiere compensar por su cuenta, actuando en plan tendero de la esquina.
Puede ser que Monago tenga bula por aquello de que su continuidad depende de por donde le sople el aire a Izquierda Unida, que custodia la llave del gobierno autonómico. Pero el desconcierto que originan estas actitudes en otras comunidades gobernadas asimismo por el PP es palpable. Sin ir mas lejos, la consejera de Cultura de Castilla y León también considera excesiva la subida del IVA cultural, pero a Herrera ni se le pasa por la cabeza secundar una veleidad como la de su colega extremeño.
Lo de Cospedal es para hacérselo mirar. Entró como elefante en cacharrería y no ha parado desde entonces. Mientras mantiene el dispendio de la televisión autonómica, ha utilizado la coartada de la austeridad para cargarse órganos de control y participación democrática, como el Consejo Económico y Social o el Defensor del Pueblo. Y no satisfecha con lo ello, ahora pretende dejar en pañales al propio Parlamento de la Comunidad.
En Castilla y León los blindajes del Estatuto de Autonomía no permitirían una escabechina así. Pero ahí están, reducidos a tamaño de bolsillo, los Consejos Consultivos y de Cuentas. Y en capilla el CES, cuyos informes críticos nunca le han sentado bien al gobierno Herrera.