La opinión del lector
El sindicalismo actual
Los sindicatos, bajo mi opinión, tienen una única y principal función que es proteger los derechos de los trabajadores sin discriminación ni laboral ni humana. Eso es una teoría que hace algún tiempo se sostenía pero hoy se descuelga de la realidad, es casi una utopía. En un país como el nuestro con unos derechos laborales casi nulos tras las continuas reformas laborales, y donde el empleo es cada vez más precario nos encontramos con un sindicalismo cada vez más acomodado al «sistema», tanto político como empresarial, donde no hay una renovación sindical clara, es decir, algunos llevan más de 30 años en cargos como delegaciones, comités... y donde los hilos los mueven cuatro pesos pesados. Me gustaría saber cuántos sindicalistas se conocen el Estatuto de los Trabajadores.
Hay algo que me parece indignante en el mundo sindical y es que no hayan hecho nada o casi nada por combatir la discriminación laboral. En las grandes empresas los sindicatos solo defienden los derechos de la compañía matriz y se olvidan de las subcontratas. No quiero generalizar pero pienso que hay demasiados sindicalistas detrás de las «fotos». ¿Qué pasaría si en los conflictos laborales no aparecieran los medios de comunicación?
Resumiendo, creo que hay dos tipos de sindicalismos: unos, los que siguen las directrices de los empresarios y gobiernos, y otros, que aplican su ley dependiendo de los intereses en muchos casos propios. Por eso he llegado a creer que los sindicatos verticales eran mejores que algunos actuales. Con esto no quiero decir que no haya buenos sindicalistas, que los hay. El ser sindicalista es sinónimo de mucha responsabilidad. Hay que ser justos y todos sabemos que defender a un trabajador es muy complicado si se hace bajo el interés propio y si hay que hacerlo que sea siempre incondicionalmente, democráticamente y sin ninguna desigualdad como existe ahora.
Reconocimiento a los profesionales sanitarios
Quiero que estas líneas sirvan para expresar mi agradecimiento a los magníficos profesionales de la medicina leonesa que diariamente con su profesionalidad, sentido del deber y total dedicación a los pacientes, prestigian el ejercicio de la Medicina. Nunca podremos agradecer suficientemente su pericia profesional, amabilidad y saber hacer, especialmente a los doctores don Alfredo Peral Casado, de Medicina Interna de José Aguado y al doctor Alberto Morán Blanco, de Medicina Interna del Complejo Hospitalario de León, durante la enfermedad de mi esposa Mari Carmen Gutiérrez García. Ambos se volcaron desinteresadamente para que el curso de la enfermedad y posterior intervención quirúrgica fuesen lo más humana posible. Sean estas líneas un rendido y sincero homenaje a todos ellos que, en todo momento, hacen gala de su humanidad y profesionalidad que prestigian a todo el personal de la sanidad pública. Nuestro más sincero reconocimiento y admiración para todos ellos.