Aranjuez, mon amour

Mariano de la Banda, que se ha pasado más de medio siglo hablando por la radio, se encargó siempre de dejar bien claro que había nacido en Aranjuez. Fue él quien me descubrió que el gentilicio de Aranjuez es «ribereño», y puede que fuera quien me incitara, no a pasar por Aranjuez, sino ir allí, y dormir, y disfrutar por los reales sitios.

Me he acordado de mi viejo compañero de radio, porque la alcaldesa de Aranjuez se ha visto protagonista de una de esas circunstancias que los defectos del mal periodismo llevan consigo, y es esa premisa que reza «que la realidad no te estropee un buen titular». El titular extendido por redes y medios ha sido que el Ayuntamiento de Aranjuez pagaba 150 euros a los funcionarios «por ir a trabajar». Me cuenta la alcaldesa que no es así, que es un viejo complemento, producto de los convenios colectivos y que, en estos momentos de crisis, sirve de acicate al absentismo laboral, y se cobra una cantidad anual de unos 130 euros, en premio a aquellos empleados —a los que se les ha rebajado el 15 por ciento de los haberes— que no faltan nunca, y que, aun con fiebre acuden a su puesto. Está claro que la realidad siempre es menos brillante y divertida.

Me cuenta María José Martínez de La Fuente, la alcaldesa, que se encontró con una deuda de 175 millones de euros, lo que convierte a Aranjuez en uno de los municipios con mayor deuda de España, y me adjunta una larga lista de recortes que han llevado a cabo, y que sería fatigoso para el lector.

Tengo que llamar a Mariano de la Banda, y pasear por Aranjuez, y olvidarme de este cáncer de las deudas que asolan España, y que creo que van a caer sobre las cabezas de mis nietas, porque mis hijos ya lo están pagando.