La voz de los internautas
u Raquel García Fernández escribe sobre la situación de los solares en León con el título «¡Qué vergüenza!»: «Me parece vergonzoso que el Ayuntamiento de León vaya a abrir expedientes por los solares que están sin vallar y sucios. Lo que tienen que hacer es predicar con el ejemplo y que con los solares que son de su propiedad hagan ellos lo mismo. En el polígono de La Torre, donde el canal, da vergüenza pasar por allí. Huele fatal y está lleno de mierda —con perdón de la palabra— y como ahí, en muchos sitios más».
u Óscar Cantón escribe desde el barrio de Pinilla para criticar la situación de la zona con el título «Éste es mi barrio»: «Hace tres años, decidí junto a mi mujer adquirir una vivienda en León. Ya estábamos en crisis, pero los precios de los pisos de la ciudad continuaban por encima de nuestras posibilidades y empezamos a fijarnos en los ayuntamientos periféricos como San Andrés, Valverde, Santovenia y Villaquilambre. Quería calidad de vida para toda la familia y elegimos Pinilla, un barrio pegado a la ciudad con centro médico, urgencias, guardería, colegio, jardines y zonas verdes, bien comunicado con el centro y todo tipo de comercios para el día a día. Así fue nuestro primer año, convencidos al 100% de que habíamos elegido un buen Ayuntamiento, barrio y edificio, para hipotecarnos durante 30 años. Poco a poco y a base de caminar todos los días por el barrio, voy apreciando la decadencia a la que estamos abocados. Soy usuario de la escuela infantil, cada dos días aparece alguna noticia en el periódico que hace que el desayuno se me atragante; ha empezado el curso, ya debería estar todo claro y parece ser que aun no lo esta. Para llevar a la niña a la guardería accedo desde la avenida San Andrés a la calle Azorín a la altura del Área de Juventud, misión complicada atravesar allí porque no se ha asfaltado la unión de las dos calles. Tengo dos opciones, coger el ascensor e intentar evitar las arcadas que me da por su mal olor (eso cuando funciona, porque lleva 22 días estropeado) o elegir la pasarela de la calle Azorín y eso sí que es una odisea, aprieto los dientes y venga ¡con un par! Hacia arriba viendo como pasan coches y camiones a solo unos centímetros de mí y de mi hija. Domingo, como tantas personas vamos a darnos un paseo por el centro de León y decidimos coger al autobús hasta Santo Domingo, a la altura de San Juan de Dios, pues nada, que no pasa, una hora y media de espera, se me quitan las ganas del paseo. Cualquier día después de trabajar, nos bajamos los tres y a eso de las siete de la tarde damos un paseo, avenida de San Andrés dirección crucero, por la acera de la derecha, paseamos sin pestañear porque cada seis o siete metros nos encontramos con el regalo de un perro que se sentía apurado y el dueño, en su afán por fertilizar la acera deja sus excrementos. Con estas líneas he querido expresarle mi descontento con el trato que el Ayuntamiento esta dando a este barrio.
u Andrés Calzada Blanco escribe sobre la crisis con el título «Érase una vez una España en Europa...»: «Nos dicen que trabajar como mulos por un sueldo miserable para que otro se enriquezca dignifica a la persona, ya les diría yo dónde pueden meterse la dignidad. Trabajar es digno, por supuesto que sí, y en estos tiempos además de digno el trabajo tiene condición de privilegio, lo sucio está en lucrarse con el esfuerzo de otros ¿Dónde perdimos la dignidad?, ¿en qué punto del camino empezamos a retroceder? ¿Quiénes son los culpables de toda esta situación? A esto último creo que si puedo responder, todos nosotros. Somos realmente los que tenemos el poder y no hacemos nada. Seguimos dando el apoyo con los votos a aquellos que está claro nos van a traicionar. Nos golpean y miramos a otro lado o salimos corriendo. Y consentimos todo esto, como dijo José Luis Sampedro, por miedo, por miedo a lo que pueda pasar, por miedo a la incertidumbre, por miedo a que lo que pueda venir sea peor que lo que tenemos, por miedo. Pues no tengamos más miedo, pues muy mal hay que hacerlo para que nos vaya todavía peor. Estamos a tan solo un paso de convertirnos en país vasallo de Europa. Para el que no lo entienda, en estos tiempos el término vasallo, que suena muy feo, se ha sustituido por rescatado, pero significa exactamente lo mismo. Ya lo dijo Rousseau. Nos contaminan desde que nacemos, nos preparan para vivir en un mundo lleno de normas que tenemos que acatar».
u José Manuel García Ruiz de Gopegui escribe sobre la dimisión de Esperanza Aguirre , con el título «Con un par de ovarios...»: «La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, dio una lección magistral de saber retirarse a tiempo, que muchos políticos debieran copiar. Aquí se aferran ‘al cargo y al abono’ como gato a las cortinas. Todos los que viven, algunos más que otros, del ‘momio’ de la política. Sin embargo, Esperanza Aguirre, ha sabido decir ‘hasta aquí hemos llegado’ y ha puesto el punto final a su situación ‘privilegiada’. ¿Hay alguno más que se atreva a hacer lo mismo? ¡Cuántos se agarran al puesto como a ‘tabla de salvación’. Y, en el fondo, es así: es su única actividad, pues si se les saca de la política están perdidos totalmente».