Cumbre entre borrascas

La primera Conferencia de Presidentes convocada por Rajoy llega en plena convulsión del Estado de las Autonomías, justo cuando el sistema autonómico vive una situación auténticamente crítica. No solo por el desafío planteado por el nacionalismo catalán, que ha decidido echarse al monte en el momento más inoportuno para todos los demás. El déficit y la deuda que arrastran las comunidades autónomas han colocado a las mismas en el ojo del huracán de la crisis, cuando en realidad y pese a todos sus excesos, no han sido ni de lejos sus principales causantes.

El hecho es que las autonomías están cargando con el sambenito de todo el gasto improductivo, la ineficiencia y el despilfarro con el que han actuado en el pasado todas las administraciones publicas sin excepción. No se olvide que el grueso del déficit público sigue procediendo de la administración central y que el récord de endeudamiento lo ostentan ayuntamientos como el de Madrid. La asfixia financiera es común pero las consecuencias de la reducción del gasto son especialmente fatídicas en las comunidades autónomas, abocadas a meter cada vez más a fondo la tijera en la Educación, la Sanidad y demás servicios públicos a su cargo.

La terapia de choque que el Gobierno Rajoy viene aplicando en materia autonómica no sólo irrita a Cataluña y a la minoría de comunidades socialistas. Aunque por disciplina de partido no lo manifiesten, el malestar es compartido por la mayoría de los gobiernos autonómicos del PP, entre ellos, sospecho, el de Castilla y León. No hay una sola comunidad que esté satisfecha con el vigente modelo de financiación autonómica.

A mayor abundamiento, la Conferencia de Presidentes se produce justo después de conocerse unos nuevos Presupuestos Generales del Estado que tampoco contentan a nadie. Menos en Cantabria y Murcia, la inversión estatal cae drásticamente en todas las comunidades, salvo en Castilla y León, donde se mantiene exclusivamente gracias a las obras del AVE. Reivindicaciones históricas como las autovías León-Valladolid y Valladolid-Soria siguen estancadas y ni siquiera avanza la Benavente-Zamora, el único tramo de toda la Ruta de la Plata que sigue sin desdoblar.

También llega la cita sin aclarar como se va a distribuir el famoso Fondo de Liquidez Autonómica, más conocido como fondo de rescate de las comunidades autónomas. Su dotación inicial de 18.000 millones de euros apenas daría para cubrir lo que piensan pedir Cataluña, Andalucía, Valencia, Castilla-La Mancha y Murcia. Y se supone que prácticamente todas las demás acabarán acudiendo a él, incluida Castilla y León, que necesita cerca de 400 millones de euros para llegar a fin de año. Con este panorama cualquier consenso en esta conferencia será toda una proeza.