Cacabelos camina de sobresalto en sobresalto

No hay dos sin tres. Suma y sigue. Todo el refranero español es poco para calificar los continuos escándalos, casi todos financieros, que una semana sí y otra también se descubren en el Ayuntamiento de Cacabelos, sobre cuyo anterior alcalde, el socialista José Manuel Sánchez, pesan aún varios juicios pendientes.

Lo último es la denuncia que que le ha puesto la Agencia Tributaria, porque en la época del regidor socialista no se declararon las retribuciones, que en forma de asistencias a plenos y comisiones, percibieron cinco de los concejales del Partido Socialista. Hasta 30.000 euros, según la Hacienda pública se dejaron de declarar por parte del consistorio, que no de los ediles, como ellos mismos certifican.

Que una institución pública no declare el dinero que paga o recauda es como si alguien se robara a sí mismo. Un auténtico sinsentido. Es cierto, que Hacienda ha sido benévola y le ha impuesto la pena mínima, 600 euros, pero sólo el hecho del fraude a las arcas del Estado es una demostración más de los desmanes que se cometieron en el consistorio de la villa del Cúa.

Lo del Ayuntamiento de Cacabelos es un caso digno de estudio, para explicar a aquellos que quieran entrar en política qué es lo que no se debe hacer.

Pero, sobre todo, es una demostración más de los despropósitos que algunos cometieron y que ahora hay que pagar con el dinero de los ciudadanos, los únicos que nada tienen que ver en la gestión de un Ayuntamiento que va de sobresalto en sobresalto.