editorial
El arreglo de La Barosa no puede eternizarse
El acceso desde la provincia de León hacia Orense permanece desde hace más de un mes en precario. Es verdad que el problema que sufre una de las estructuras que sujeta el terreno es grave pero la búsqueda de una solución debe ser prioritaria. El desvío del tráfico por otras carreteras está generando no solo molestias sino también situaciones de riesgo y accidentes que podrían incrementarse en las próximas semanas con la llegada del hielo a las ya temidas rampas de La Barosa a Carucedo.
Los alcaldes de la zona llevan días lanzando la alerta sobre la situación que sufre el tráfico y ahora se anuncia una reunión entre los subdelegados del Gobierno de León y Orense con los regidores. Escuchar siempre es positivo pero no parece que sea la única vía que deba ponerse en marcha para buscar soluciones. La opción de abrir un carril —si es factible técnicamente— no puede dilatarse más. Ni tampoco la búsqueda de un arreglo definitivo para que el tráfico entre León y la zona sur de Galicia recupere la normalidad.
En el recuerdo está aquel cierre «por unos días» de la A-6 en la Sierra de la Escrita que comenzó en febrero del 2009 y se prolongó hasta el 19 de junio del año siguiente. Fueron muchos meses tortuosos para los conductores y de especial dificultad para el tráfico de mercancías. En La Barosa no se puede repetir un caso similar. El Ministerio de Fomento tiene que buscar soluciones ya y si hay alternativas provisionales mejores debe activarlas.