CON VIENTO FRESCO
La Vía Nova
Castro Ventosa es probablemente el más significativo yacimiento arqueológico del Bierzo por sus dimensiones e importancia histórica. Ocupa una elevada meseta entre Cacabelos y Villafranca de algo más de seis hectáreas, desde la que se domina la hoya del Bierzo. Fue un castro astur que, tras la conquista romana, sus habitantes tuvieron que abandonar, obligados a trasladarse a orillas del Cúa donde se ubicó la ciudad de Bergidum Flavium. Más tarde, en época tardoromana fue reocupado nuevamente, momento en el que se construyó su muralla, que circunvala un perímetro de 1.136 metros. Hace unos años se restauró y se colocaron a intervalos regulares hornacinas de cemento cerradas por con lajas de granito, en las que se colocaron focos para proyectar luz sobre la muralla. La inversión fue onerosa pero hoy no queda un solo foco, tampoco los cables que han sido brutalmente arrancados, ni las lajas de granito; todo lo han saqueado.
Castro Ventosa, heredera de Bergidum Flavium, constituye un hito en las comunicaciones romanas del noroeste; pues por aquí pasaban, de acuerdo con el itinerario de Antonino, varias vías (las XVIII, XIX y XX). La XVIII, también denominada Vía Nova, que comunicaba Asturica con Bracara en un recorrido de más de 300 kilómetros, fue construida por la dinastía Flavia en la segunda mitad del siglo I para unir dos conventos jurídicos ligados estrechamente por sus numerosas y florecientes explotaciones auríferas. Estos días, como ya ocurriera hace unos años sin mucha suerte por la oposición del PSOE, la diputada gallega del PP, Ana Belén Vázquez, pretende llevar al congreso una proposición no de ley para su declaración como Patrimonio de la Humanidad. De lograrlo, redundaría beneficiosamente en todas aquellas poblaciones por las que pasaba y conservan restos romanos.
Nada justifica el robo que denunciamos, que no se hace por personas necesitadas y hambrientas, sino por verdaderas mafias que saquean todo lo que encuentran a su paso desde hace años, con bastante impunidad. Castro Ventosa se usó como escaparate de la política socialista para proteger y poner en valor el patrimonio. Durante años se aireó en carteles un presupuesto de seis millones de euros (mil millones de pesetas), del que no sabemos como se esfumó, porque la expropiación de las viñas del castro y la restauración de la muralla no costaron esa cantidad. Algunos dicen que con parte de ese dinero se estudió y señalizó la vía Nova por un equipo del CSIC dirigido por Sánchez-Palencia, lo que me extraña porque tal estudio ya lo había efectuado Santiago Ferrer con su dinero, como tesis doctoral dirigida por Rodríguez Colmenero. Pero lo cierto es que de los seis millones de euros nunca más se supo.