Una tragedia que debe hacer reflexionar a todos

Astorga y toda la provincia aún viven bajo los efectos de la trágica muerte de una madre de 82 años y su hija, discapacitada y ciega, en su casa, donde fueron encontradas a los varios días de haber fallecido y ante la denuncia de los vecinos.

Ya desde el primer momento se supo que la Policía Local a instancias del Juzgado estaba buscando a las dos mujeres después de que los servicios sociales del Hospital de León, donde la hija permaneció ingresada, dieran la voz de alarma ante la avanzada edad de la madre, que era quien la cuidaba.

El hecho final, la cruda realidad, es que dos mujeres murieron solas en su casa y sin recibir la atención necesaria.

Es cierto que nadie es culpable de esta tragedia y quizás, también, como dice la alcaldesa de Astorga, Victorina Alonso, sea cierto que los servicios sociales no fallaron y todo se ha debido a un cúmulo de fatalidades. Pero la realidad es tozuda y está claro que algo falla en el sistema, cuando dos personas pueden morir en su domicilio y más si una de ellas es discapacitada y fallece por no poder recibir los cuidados necesarios.

No se trata de buscar culpables, entre otras cosas porque de haberlos será el juez quien los determine. Lo que sí hay que exigir a las administraciones es que investiguen para saber cuál fue el eslabón de la cadena que falló y así evitar que vuelva a suceder. Estas trágicas muertes no pueden caer en el olvido y deben hacer reflexionar a todos en la mejora de ese llamado estado del bienestar.