editorial
El hartazgo ciudadano por los recortes y la crisis se deja sentir con fuerza en la calle
Las decenas de miles de personas que salieron ayer a la calle en las dos principales ciudades de la provincia hicieron patente el hartazgo que existe en la ciudadanía hacia la crisis, hacia los duros recortes aplicados y hacia el drama del desempleo que afecta a más de cinco millones de personas en el conjunto de España. Fueron unas concentraciones históricas por el volumen de personas que invadieron literalmente las calles céntricas de León y Ponferrada para dejar patente su descontento también hacia la ineficacia política que se hace patente a la hora de afrontar la grave situación en la que está inmersa la provincia y en general el conjunto de España.
La ciudadanía dejó patente en esas concentraciones vespertinas que el enfado entre los leoneses es máximo y que se requieren soluciones urgentes para cambiar las tendencias y conseguir que la situación económica mejore, especialmente ante la gravedad y urgencia que plantea en estos momentos el problema del desempleo.
Hoy más que nunca, tras lo ocurrido en estas concentraciones masivas que se produjeron por todas las ciudades españolas, se hace imprescindible la búsqueda de soluciones que vayan más allá del constante recorte y ajuste en todo tipo de aspectos que afectan directamente a la vida de las personas. El mensaje ciudadano se dejó sentir con fuerza y ese Nos roban el futuro que se pudo ver ayer en las pancartas se convierte en un clamor para reclamar a los políticos la búsqueda de nuevos caminos desde la audacia y la valentía para cambiar cuanto antes las tendencias.
Las concentraciones de la tarde generan una situación sin precedentes en la provincia de León aunque también es cierto que los ciudadanos no se sumaron de manera importante a la convocatoria de huelga general que había sido lanzada desde los sindicatos. La jornada sólo alcanzó un desigual seguimiento en algunos sectores concretos mientras que la vida en las ciudades y los pueblos transcurrió en general con normalidad en la provincia dejando patente que una cosa es sumarse a un día de paro y otra exhibir en las calles la protesta a través de manifestaciones.
La convocatoria sindical —a la que no se habían sumado la mayoría de las agrupaciones profesionales— no consiguió paralizar la vida ciudadana ni la actividad laboral a pesar de la siempre polémica actividad de los piquetes. Pero eso no puede en ningún caso servir de excusa para no otorgar la relevancia que tienen esas manifestaciones que por la tarde consiguieron atraer a personas de todo tipo y condición, que hicieron patente ese hartazgo ya detectado desde hace tiempo en la sociedad leonesa y en general en España.
Partidos políticos y agentes sociales están obligados desde hoy a abrir un nuevo camino. La ciudadanía clama para reclamar un futuro mejor y se hace imprescindible que todos sumen. El Gobierno del PP no puede obviar lo ocurrido pero tampoco el resto de partidos porque para salir de ésta se necesita a todos.