Diario de León

FUEGO AMIGO

Adiós a Antonio Viñayo

Publicado por
ERNESTO ESCAPA
León

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La última vez que nos vimos, paseando por la vega entre Otero y Carrocera, estuvimos un buen rato de charla. Fue una conversación de evocaciones, manejando la baraja de la nostalgia, en la que me avisó del hallazgo de una raposa herida, que se había refugiado entre los paleros del río. Entonces se valía del cayado para caminar, pero todavía no le habían fallado las piernas. De hecho, seguía subiendo cada verano hasta la Virgen del Manadero, en Piedrasecha. Recordó sus temporadas en la escuela de Carrocera, donde el maestro era más despierto que el de Otero, y los primeros viajes al seminario de Oviedo, hasta que la guerra lo derivó hacia Lugo. Hasta mediados los cincuenta, nuestros pueblos pertenecieron a la diócesis de Oviedo.

Su primera salida al mundo fue por la collada de Olleros hacia La Robla. El rumbo que marcaron los ilustrados de Otero, como recuerda en sus Memorias, prologadas por Alarcos, don Adolfo González Posada (1860-1944). Todavía entonces, para la gente de la montaña central, el ganado se vendía en León y los estudios se hacían en Oviedo. En ese camino, para el que hubo un proyecto ferroviario vinculado al carbón, se conocieron los padres de Alejandro Casona y también por ahí discurre la novela Cuerda de presos , de Tomás Salvador.

Don Antonio Viñayo (1922-2012) fue profesor del Seminario en Oviedo y doctor por Salamanca. En 1957 se trasladó a León con su hermano Manuel, como canónigos de la colegiata, haciéndose cargo del Archivo, Biblioteca y Museo de San Isidoro. Esa irrupción no tuvo una acogida calurosa en la curia leonesa, como reveló años más tarde la inquina de una reseña del cura Catón a su libro dedicado a los vitrales de Zurdo sobre la Coronación de Alfonso VII, en la sede de Ordoño que ardió este verano. Antonio Viñayo publicó en 1964 la primera guía turística moderna de León, en Everest, que enseguida completó con la dedicada a la provincia. El diseño, muchas de las fotos y la conducción de los viajes eran de su hermano Manuel Viñayo, profesor de Literatura.

Puso en marcha la Cátedra de San Isidoro y por sus actividades pasaron personalidades como Menéndez Pidal, Gómez Moreno o Caro Baroja, junto a relevantes figuras internacionales. El 10 de junio de 1968 la ciudad celebró su XIX Centenario, aprovechando la ocasión para retirar el Monumento a los Caídos y colocar la columna conmemorativa de la fundación de la ciudad. En 1972, publicó en francés su León románico , que incluía el arte de ese estilo en Asturias y León, y cuatro años después El Camino de Santiago por Tierras de León . Su mayor mérito fue rescatar a San Isidoro de la tiña del abandono, consiguiendo con su labor tenaz de décadas que fuera reconocido como el primer monumento románico de España.

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