Diario de León

CON VIENTO FRESCO

Irse de rositas

Publicado por
josé a. balboa de paz
León

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Al villafranquino José A. Moral Santín, alumnos de la Complutense le han boicoteado la clase, dándole una lección de ética cuando aquél pretendía enseñar, como profesor que es, Economía a otros alumnos de la facultad de Ciencias Políticas y Sociología de aquella Universidad. El diputado de Izquierda Unida en la asamblea de Madrid y exconsejero de Bankia tuvo que escuchar, perplejo de que le ocurriera a él, un hombre de izquierdas, cómo esos alumnos, megáfono en mano, le acusaban de ser uno de los «culpables directos de esta gran estafa que se llama crisis»; pues con sus decisiones en el consejo, pagadas a precio millonario, contribuyó a hundir a aquella entidad, arruinar a miles de pequeños accionistas y dejar en la calle, por los desahucios, a muchas familias que han perdido lo poco que tenían.

Bankia surgió de la fusión de varias cajas de ahorros en torno a Caja Madrid. Sabemos el origen social de las cajas y los montes de piedad en el siglo XIX, de su importante papel en la España del siglo XX en el desarrollo provincial y en obras sociales, como para tener que repetirlo una vez más. Lo que es necesario recordar es cómo la entrada de los políticos de todo signo en los consejos de administración de las cajas, a partir de los años ochenta, las condujo a la situación en la que nos encontramos. Las cajas fueron para los políticos locales un patio de monipodio en el que entraron a saco con el concurso de directivos bien pagados. Incluso las Comunidades Autónomas pretendieron convertirlas en una especie de bancos centrales a escala autonómica, con los que financiar sus políticas regionales o sus negocios urbanísticos particulares, como vimos en nuestra provincia con Caja España, en manos de promotores empresariales para más inri.

La fusión de Caja España con Caja Duero, impulsada por el gobierno regional, no solucionó sus problemas financieros, incluso parece que la unión de éstas (Ceiss) con Unicaja está en entredicho, al menos en las condiciones pactadas hace meses. El último acto de este drama lo vivimos estos días con la nacionalización de Ceiss, al inyectar el Estado dinero a través del FROB como obligación impuesta por la Comisión Europea. Esta nacionalización será temporal porque el Estado no va a quedarse con ella, sino que la subastará o la liquidará sino se logra la fusión con Unicaja. Lo que sabemos es que, al igual que con la anterior fusión, en la que se perdieron más de 850 puestos de trabajo, ahora se cerrarán nuevas oficinas y se perderán empleos, como está ocurriendo con Bankia, reducida a su mínima expresión. Lo que solivianta los ánimos es que aquí también hay culpables con nombre y apellidos, pero nadie boicotea sus clases o los marca con el dedo; se van de rositas.

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