Diario de León

Creado:

Actualizado:

Al decir de las encuestas, un año después de llegar al Gobierno, el crédito del Partidok Popular se ha reducido de manera espectacular. La presunción de que Mariano Rajoy y su equipo tenían un plan para levantar la economía y sacar al país de la recesión en la que nos dejó el PSOE se ha quedado en eso: en presunción. A la vista de los resultados es evidente que no tenían un plan; creían que bastaba con que José Luis Rodríguez Zapatero hiciera mutis por el foro para que las cosas cambiarían por sí solas.

La experiencia demuestra que tal ensoñación no era verdad. La prima de riesgo está en 400 puntos, más de cinco millones de personas están en el paro y son menos de 17 los millones de afiliados en estos momentos de la Seguridad Social.

Todos los pronósticos coinciden en aventurar que el 2013 será otro año malo. Tan malo como el que dejamos atrás o incluso peor porque algunos analistas prevén un incremento del número de parados y otros no descartan que, a la postre, el Gobierno acabe solicitando el gran rescate a la manera de cómo se vieron forzados a pedirlo Grecia, Irlanda y Portugal.

Bajo un cielo tan ominoso, Mariano Rajoy que inició su mandato asegurando que no iba a insistir en lo de la herencia recibida porque los españoles les habían elegido «para arreglar las cosas, no para contar como estaban», a la postre ha cambiado de idea y en Toledo, rodeado de la plana mayor de su partido, ha desenterrado el argumento de la herencia para transformarlo en el mantra que lo explica todo: un año después, seguimos en el agujero por culpa de Rodríguez Zapatero.

A su favor hay que decir que ha congelado los desahucios pero ni una palabra para justificar las rectificaciones y las promesas electorales olvidadas o incumplidas: las subidas del IVA y el IRPF; el incumplimiento del Pacto de Toledo en materia de pensiones; el medio millón más de parados; la subida masiva de tasas judiciales; la infumable amnistía fiscal, agravio injustificado para los contribuyentes honrados... Nada de nada.

Doce meses después, la sombra de Rodríguez Zapatero todo lo justifica y todo lo ampara. Puede que como consigna a repetir por propios y afines, funcione, pero como argumento fundado, ya no cuela. Un año después, ningún ciudadano adulto alejado de prejuicios de partido, compraría semejante excusa. Como explicación de lo que no acaba de funcionar, lo de la herencia recibida, tiene fecha de caducidad.

tracking