editorial
La crisis es la que acaba con la Sama-Velilla
El polémico trazado de línea de alta tensión por la montaña leonesa ha ido a parar al fondo de un cajón en el Ministerio de Industria. Pero la decisión surge de la crisis económica, directamente de las previsiones de consumo eléctrico de los próximos años. La postura intercambiable de los partidos políticos hacia la autopista eléctrica entre Sama y Velilla al final no ha producido efectos. Populares y socialistas criticaron durante años el proyecto de línea cuando estaban en la oposición para convertirse en sus avalistas cuando se producía el relevo en el Gobierno.
Y ahora la Sama-Velilla, que cuenta con una amplia oposición en la provincia de León por sus duros efectos sobre la montaña leonesa, se cae del listado de las infraestructuras eléctricas que se consideran «críticas» para su puesta en marcha en los próximos años.
Una excelente noticia que de algún modo da la razón a los que desde la oposición a la línea eléctrica defendían que no era tan imprescindible como se había asegurado desde el Gobierno incluso en los últimos años.
La Sama-Velilla representa una serie de despropósitos sobre como no se debe poner en marcha un proyecto público. La actitud de constante enfrentamiento hacia la ciudadanía no ha sido razonable y desde esa falta de diálogo únicamente se consiguió crear un conflicto que dura más de dos décadas y con mucho dinero invertido en todo tipo de proyectos y estudios que al final se han quedando en nada.